Como cada verano, en el continente africano inicia la temporada donde se suspende una gran masa de polvo o arena que viajará por el Atlántico rumbo al poniente, esperando su llegada a México en los próximos días.
Se les denomina Polvo del Sahara ya que provienen del desierto más grande del mundo.
Estos polvos contienen nutrientes para la selva amazónica, como fósforo y nitrógeno; proceso esencial para la preservación de nuestras selvas.
Este fenómeno puede mitigar los huracanes así como provocar la aparición de alergias y crisis asmáticas.