Como cada verano, en el continente africano inicia la temporada donde se suspende una gran masa de polvo o arena que viajará por el atlántico rumbo al poniente, se le denomina polvo del sahara ya que provienen del desierto más grande del mundo. De acuerdo a la Secretaría de medio ambiente y la Comisión Nacional del agua. Se espera que la nube de polvo ingrese por la península de Yucatán campeche y Quintana Roo. Posteriormente se desplazará sobre aguas del golfo de México pasando por la zona costera de Veracruz y Tamaulipas. Este año es diferente: según los expertos, se trata de la nube más densa de los últimos 50 años. Los principales efectos que dejará este fenómeno son la reducción en la lluvia, incremento en las temperaturas, cielo brumoso, y atardeceres y amaneceres en tonos rojizos debido a la interacción de los rayos del sol con las partículas de polvo. Aunque las concentraciones de polvo del desierto africano que lleguen a México no representa un riesgo alto para la población, si pueden dañar órganos externos. La Organización Mundial de la Salud (OMS), explica que las partículas no se pueden respirar, causando principalmente irritación en la piel y los ojos, así como provocar la aparición de alergias, crisis asmáticas y conjuntivitis. Este fenómeno puede mitigar los huracanes y fertiliza los suelos del amazonas. Se espera el 26 de junio abandone territorio mexicano para seguir al país vecino de EEUU.