El fenómeno del Niño se produce en promedio cada dos a siete años, y los episodios suelen durar entre nueve meses y un año. Se trata de un patrón climático natural asociado al calentamiento de las temperaturas del océano Pacífico tropical central y oriental.
Los veranos con el efecto de El Niño resultan más secos y cálidos que en el fenómeno de La Niña, lo que generalmente conduce a sequías graves.
Uno de los efectos más preocupantes de El Niño es la alta posibilidad de que se formen huracanes más potentes, debido a que estos usan como energía las aguas cálidas del océano.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) señaló que las condiciones de "El Niño" se fortalecerán gradualmente y podrían mantenerse en los primeros meses de 2024, es decir hasta enero y febrero.
Los efectos de este fenómeno es que los inviernos con El Niño son más fríos en todo el territorio mexicano.
Sobre este panorama climático, la ONU advirtió que de 2023 a 2026 existe una alta probabilidad de que se presente por lo menos un año con las temperaturas más altas jamás registradas.