La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, confirmó este lunes que, durante su llamada con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la semana pasada, no se llegó a un acuerdo sobre la reducción de los aranceles impuestos a productos clave como el acero, el aluminio y la industria automotriz.
En su conferencia matutina, la mandataria explicó que, aunque no se alcanzó un acuerdo, la conversación fue productiva y que ambos gobiernos siguen trabajando en la resolución del tema.
Sheinbaum señaló que, en la llamada, se discutieron diversos argumentos sobre los aranceles que Trump impuso, especialmente sobre el acero, el aluminio y los productos automotrices.
A pesar de la falta de un consenso, destacó que "hay comunicación" continua entre las secretarías de Comercio de Estados Unidos y Economía de México, además de mantener el diálogo directo a nivel presidencial.
Uno de los puntos clave que México presentó fue la solicitud de un trato similar al que se logró con el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que eximió de los aranceles globales a productos de este acuerdo.
Sin embargo, Trump mantuvo una tasa del 25% en acero, aluminio, automóviles y otros productos fuera del tratado. La presidenta mexicana insistió en que los productos que entran bajo el T-MEC deberían estar exentos de aranceles, argumentando que esto beneficiaría a ambos países.
La mandataria también recordó que México enfrenta un déficit comercial con Estados Unidos en lo que respecta al acero y al aluminio, ya que importa más de lo que exporta en estos sectores. En cuanto a la industria automotriz, Sheinbaum evitó dar detalles específicos, pero reafirmó la importancia de defender las exportaciones de México y el papel vital que juega el T-MEC para el comercio entre los tres países.
Además de la cuestión de los aranceles, Sheinbaum aprovechó la conversación para tratar otros temas delicados en la relación bilateral. Entre estos, se abordaron los próximos aranceles al tomate mexicano, que Estados Unidos planea imponer debido a acusaciones de prácticas de "dumping", y también se discutió el cumplimiento de México con el Tratado de Aguas de 1944, ante las quejas de Texas por el suministro de agua.
Aunque el diálogo con Trump no ha dado resultados inmediatos, Sheinbaum subrayó la importancia de mantener abiertas las líneas de comunicación y seguir buscando soluciones a estos problemas comerciales.
El Gobierno mexicano continuará defendiendo los intereses de sus sectores clave en las negociaciones con Estados Unidos, buscando siempre el beneficio mutuo dentro de los acuerdos internacionales como el T-MEC.