Bakú (EFE)
Los pequeños estados insulares y algunos africanos abandonaron este sábado la sala de negociación en que conocieron la última propuesta de la presidencia para el acuerdo sobre financiación climática que ultima la COP29, donde dijeron no sentirse escuchados.
Algunos estados de Latinoamérica y el Caribe, que intentan tender puentes entre los menos desarrollados y los países ricos, manifestaron su negativa a admitir que esta cumbre de Bakú se cierre sin acuerdo.
Falta de transparencia en el proceso
La negociadora principal de Panamá, Ana Aguilar, criticó además la falta de transparencia en el proceso, algo que achacó a la presidencia azerí de la cumbre, que según ella ha tenido más reuniones con unas partes que con otras, y han estado tres días sin favorecer negociaciones más que bilateralmente.
"Tenemos un problema", señaló la ministra de Colombia, Susana Muhamad, quien alegó que hay aún mucha distancia entre el monto que los países ricos proponen movilizar y la que los que los países en desarrollo piden.
"No podemos salir de Bakú como de Copenhague", dijo el enviado especial del clima de Panamá, Juan Carlos Monterrey, en referencia a la cumbre del clima celebrada en la capital danesa en 2009, un encuentro que la comunidad climática internacional consideró un fracaso, al no lograr ningún acuerdo.
"Ya estamos en un punto de no solamente construir puentes, sino de caminar sobre esos puentes", zanjó Monterrey, tras detallar que los países habían salido de la consulta principalmente por sus discrepancias respecto del monto total que los países ricos sugieren movilizar para costear la transición climática y la adaptación a los impactos inevitables del calentamiento global.
"La gran lucha es la cifra", aseveró Monterrey, pues los países en desarrollo en este punto apoyan que el objetivo sea de 300.000 millones de dólares anuales para 2035, y las economías en desarrollo y emergentes piden 500.000 millones de dólares anuales y para 2030.