Zacatecas.- Corría la mañana del 12 mayo de 1990, la capital y sus habitantes despertaban con júbilo ante lo que sería un día histórico. El sonido de un avión en los cielos hizo vibrar a quienes se reunían esa mañana en el aeropuerto internacional "Leobardo C. Ruiz", su santidad el Papa Juan Pablo II se encontraba en Zacatecas.
Precisamente en ese sitio, fue donde ocurrió un milagro que fue fundamental en la obra de canonización de sumo pontífice a su muerte, y es que al saludar a las personas reunidas en el aeropuerto, el papa tocó al pequeño de 4 años José Herón Badillo Mireles quien en sus manos tomaba una paloma y posterior a este momento el menor se recuperó de leucemia, de la que ya había sido desahuciado.
De ahí, Juan Pablo II, se trasladó a la capital zacatecas cuyas calles estallaron en entre los gritos y aplausos aplausos de los miles de personas que inundaron las avenidas ondeando banderas.
En su recorrido por la avenida Hidalgo, mientras el pontífice saludaba a los asistentes, detuvo de pronto su marcha frente a la Catedral Basílica de Zacatecas, y a pesar de que no estaba contemplado, bajó de su vehículo e ingresó al templo, lugar donde se arrodilló y rezó ante la imagen de Nuestra Señora de los Zacatecas.
De ahí, la comitiva se trasladó a Lomas de Bracho, donde el papa fue recibido por más de un millón de personas, sitio donde celebró una misa dedicada a los campesinos, mineros y migrantes.