El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sugirió públicamente la anexión de Canadá como el 51.º estado estadounidense el mismo día de las elecciones federales de dicho país, celebradas este lunes 28 de abril de 2025.
A través de su red social Truth Social, el republicano exhortó a los canadienses a votar por él y prometió beneficios económicos y militares si Canadá se unía a EE. UU., incluyendo la eliminación de aranceles y una mayor integración industrial.
Estas declaraciones fueron percibidas como una ruptura de los protocolos diplomáticos y provocaron una respuesta inmediata de los líderes políticos canadienses. El líder liberal y primer ministro interino, Mark Carney, advirtió que la retórica de Trump pone en riesgo la economía canadiense, ya que más del 75% de sus exportaciones se dirigen a EE. UU. Por su parte, el líder conservador Pierre Poilievre reafirmó la soberanía de Canadá, enfatizando que el futuro del país lo deciden únicamente los canadienses .
La intervención de Trump transformó las elecciones en una especie de referéndum sobre la soberanía nacional y la relación con Washington. La amenaza externa impulsó el voto útil hacia Carney, incluso entre votantes tradicionales del NDP, y generó una movilización histórica, especialmente entre jóvenes y ciudadanos preocupados por la seguridad nacional.
Además, las amenazas de Trump a la soberanía de Canadá aplacaron el independentismo en Quebec, fortaleciendo la unidad nacional frente a las tensiones exteriores.
En resumen, las declaraciones de Trump no solo tensaron las relaciones diplomáticas entre ambos países, sino que también influyeron significativamente en el panorama político interno de Canadá, reforzando el sentimiento nacionalista y la defensa de su soberanía.