Este jueves, el fútbol mexicano perdió a una de sus figuras más queridas y recordadas. Cristóbal Ortega, exjugador y leyenda del Club América, falleció a los 68 años, dejando un legado imborrable en la historia del club y del deporte en México.
La noticia fue confirmada por su equipo, que a través de un comunicado en sus redes sociales expresó su dolor ante la partida de uno de los jugadores más importantes de su historia.
"El Club América lamenta profundamente el sensible fallecimiento de Cristóbal Ortega, leyenda absoluta de nuestra institución. Su legado y amor por el equipo quedarán grabados para siempre en la historia de nuestro club y en el corazón de nuestra afición. Nos unimos al dolor que embarga a sus familiares y amigos en este difícil momento", publicó el club azulcrema, que recordará siempre a Ortega por su incansable entrega y dedicación.
Cristóbal Ortega, nacido en la Ciudad de México, fue uno de los jugadores más exitosos en la historia del Club América, compartiendo el récord de títulos ganados con Alfredo Tena. A lo largo de su carrera, que comenzó en 1974 y terminó en 1992, Ortega se coronó campeón en 14 ocasiones, una cifra que lo coloca como una figura imprescindible para la institución.
El mediocampista fue clave para el América en la conquista de seis de los 16 títulos de liga que el club ha ganado a lo largo de su historia, lo que contribuyó a que el equipo se mantuviera como el más ganador del fútbol mexicano. Además, Ortega levantó tres trofeos de Campeón de Campeones, consolidándose como uno de los futbolistas más destacados de su época.
En el plano internacional, Ortega también dejó su huella. Fue parte fundamental del América en la obtención de las dos Copas Intercontinentales del club: la primera en 1978, cuando el equipo venció a Boca Juniors de Argentina, y la segunda en 1991, al derrotar al Olimpia de Paraguay. Su participación en estos logros internacionales demuestra la calidad de un jugador que también brilló en el ámbito mundial.
El exjugador no solo destacó a nivel de clubes, sino que también fue parte del seleccionado nacional en dos Copas del Mundo. En 1978, participó en el Mundial de Argentina, donde México no tuvo una buena actuación al quedar en último lugar de su grupo. Ocho años después, Ortega formó parte del equipo mexicano en el Mundial de México 1986, donde el Tri alcanzó su mejor desempeño en una Copa del Mundo, llegando a los cuartos de final, un logro que también repitió en 1970, cuando México fue sede del torneo.
A lo largo de su carrera, Ortega se destacó como un jugador habilidoso, a pesar de su baja estatura de 1.65 metros, que lo hacía difícil de marcar y una pieza clave en el ataque del América. Con el tiempo, su gran capacidad física lo llevó a transformarse en un jugador fundamental en la contención, donde desempeñó un papel imprescindible en el esquema del equipo durante más de una década.
El legado de Cristóbal Ortega es incuestionable. Su nombre será siempre recordado por los aficionados del Club América y por todos aquellos que disfrutaron de su talento en el campo. Hoy, el fútbol mexicano llora la partida de uno de sus grandes íconos, pero su historia y su amor por el deporte seguirán vivos en la memoria de todos los que lo vieron jugar.