La epidemia de mpox, antes conocida como viruela del mono, continúa en ascenso en África, donde se ha registrado un promedio de tres mil casos sospechosos cada semana durante 2025.
Así lo advirtió este jueves la agencia de salud pública de la Unión Africana, que alertó sobre el crecimiento constante de la enfermedad en el continente.
Yap Boum, subgerente de incidentes de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de África (CDC de África), explicó en una conferencia de prensa virtual que la región enfrenta no solo un aumento en los contagios, sino también un serio problema de subregistro. Actualmente, solo el 21% de los casos sospechosos son sometidos a pruebas de laboratorio, lo que impide conocer con precisión el verdadero alcance del brote.
Desde enero de 2024, África ha acumulado 117 mil 678 casos sospechosos y 26 mil 927 confirmados de mpox en más de veinte países. Las cifras muestran la persistencia de una emergencia sanitaria que, lejos de disminuir, sigue afectando de manera crítica a millones de personas.
La República Democrática del Congo (RDC) es el epicentro de la epidemia, con 90 mil 406 casos sospechosos y 17 mil 262 confirmados. En este país, los CDC de África advierten que, a pesar de los esfuerzos por descentralizar los laboratorios, la baja cobertura de pruebas y las deficiencias en el transporte de muestras dificultan una respuesta efectiva.
Hasta el momento, se han reportado 1,709 muertes por mpox, la gran mayoría ocurridas en la RDC. Estas cifras refuerzan la necesidad de fortalecer los sistemas de vigilancia, diagnóstico y atención médica en las regiones más afectadas.
La agencia de salud de la Unión Africana declaró el pasado 13 de agosto la mpox como una emergencia de salud pública de seguridad continental. Un día después, la Organización Mundial de la Salud (OMS) elevó la alerta sanitaria a nivel internacional, una medida que sigue vigente y que subraya la gravedad del brote.
La mpox es una enfermedad infecciosa que causa erupciones dolorosas en la piel, inflamación de los ganglios linfáticos, fiebre, dolor muscular y falta de energía. Aunque puede ser tratada, su rápida propagación y la falta de pruebas diagnósticas hacen urgente una mayor colaboración internacional para contenerla.