Un estudio publicado en la revista Nature ha revelado que las reservas acuíferas del planeta están en constante disminución, una tendencia preocupante que afecta a diversas regiones del mundo. Este análisis se basó en el monitoreo del nivel de agua subterránea en aproximadamente 170 mil pozos, proporcionando una visión global de la situación.
En México, ya se están sintiendo las consecuencias del estrés hídrico debido a una gestión inadecuada en la extracción y recuperación de aguas subterráneas y acuíferos. Sin embargo, la situación no se limita a nuestro país. El estudio señala que la Tierra enfrenta una crisis hídrica global. La investigación destaca que el agua subterránea es fundamental para las actividades diarias, incluyendo el abastecimiento de hogares, granjas, industrias y ciudades a nivel mundial.
El estudio, titulado "Rapid groundwater decline and some cases of recovery in aquifers globally", indica que las extracciones excesivas de agua subterránea están provocando intrusión de agua salada en los acuíferos, un problema emergente a nivel mundial. Esta intrusión es impulsada por la creciente demanda de agua dulce en las zonas costeras y está exacerbada por el aumento del nivel del mar y el cambio climático, tal como advierte el estudio "Seawater intrusion processes, investigation and management: Recent advances and future challenges".
El exceso en la extracción de agua subterránea conlleva riesgos significativos, incluyendo el hundimiento del terreno, la disminución de caudales y el funcionamiento seco de pozos. La investigación, llevada a cabo por un equipo internacional compuesto por Scott Jasechko y Debra Perrone de la Universidad de California, Ying Fan de la Universidad de Rutgers, y otros expertos de Suiza, Reino Unido y Arabia Saudita, ha utilizado datos de 170 mil pozos y 1,693 sistemas acuíferos en aproximadamente el 75% de las extracciones globales de agua subterránea.
A diferencia de los mapas globales proporcionados por satélites como el Gravity Recovery and Climate Experiment (GRACE), los investigadores optaron por realizar mediciones in situ para obtener datos más precisos sobre las tendencias locales. Estos datos han permitido identificar disminuciones aceleradas en el nivel de agua subterránea desde principios del siglo XXI, que son más frecuentes de lo esperado en comparación con el final del siglo XX.
El estudio también revela que el 30% de los sistemas acuíferos experimentaron una disminución acelerada en los niveles de agua subterránea, con una mayor incidencia en regiones áridas y semiáridas. Estas zonas muestran una disminución en los niveles de agua subterránea que puede superar los 0.5 metros por año, reflejando una alta dependencia del agua subterránea para el riego en tierras secas.
Los investigadores advierten que estas pérdidas representan un desafío significativo para la gestión de recursos hídricos, dado que la recarga en zonas áridas suele ser lenta. La recuperación de los acuíferos en estas regiones será prolongada a menos que se implementen estrategias de recarga artificial. Este estudio subraya la urgencia de abordar la gestión del agua de manera global para mitigar los efectos del agotamiento de acuíferos y asegurar la disponibilidad de este recurso vital en el futuro.