Científicos australianos realizan estudios sobre el complejo desarrollo del corazón, desde su formación en el embrión, utilizando células madre humanas y secuenciación de células individuales.
El cuerpo humano tiene la capacidad de regenerar tejidos como la piel y los músculos de las extremidades, pero, a diferencia de esos tejidos, el corazón no tiene esa capacidad de auto reparación después de un daño como lo es un ataque al corazón. Esta es una de las razones por las que la enfermedad cardíaca, es la principal causa de muerte en todo el mundo.
Los investigadores del Instituto de Biociencia Molecular de la Universidad de Queensland, y del Instituto de Investigación Médica Garvan, consistió en medir los cambios en la actividad de los genes en miles de células individuales, a medida que avanzan a través de las etapas de conformación de este órgano.
Se trata de la investigación más completa realizada hasta la fecha sobre cómo se pueden convertir las células madre humanas en células cardíacas.
El trabajo proporciona información sin precedentes, ya que los expertos confían en que puede ayudar a encontrar formas de atender enfermedades cardíacas en un futuro.
"El gran desafío, tal como lo vemos, es descubrir nuevos enfoques y nuevas ideas sobre las formas de ayudar al corazón a repararse", explicó Nathan Palpant, del Instituto para la Biociencia Molecular, de la Universidad de Queensland y uno de los líderes del estudio.
Argumentó que las respuestas a la reparación del corazón casi con seguridad se basan en comprender el desarrollo del corazón. Si podemos enfrentarnos a la compleja coreografía de cómo el corazón se construye en primer lugar, detalló, estamos en una buena posición para encontrar nuevos enfoques para ayudarlo a reconstruir después del daño.
Los investigadores utilizaron tecnología de punta en la secuenciación de ARN de una sola célula, para catalogar cómo las células individuales cambiaron a medida que avanzaban de las células madre a las células cardíacas maduras.
Para cada una de las 40 mil células cardíacas individuales, midieron la actividad de aproximadamente 17 mil genes, esto es esencialmente cada gen que está activo en el corazón, según el comunicado.
La investigación revela patrones de actividad génica asociados únicamente con el desarrollo de las células cardíacas, y al hacerlo, aumenta la comprensión de cómo se construye el corazón.