Aranceles de Trump: ¿Un riesgo para Canadá y México?
Este sábado, la promesa del presidente estadounidense Donald Trump de imponer aranceles del 25 % a México y Canadá podría llevar al tratado comercial T-MEC a un camino incierto, exacerbando las tensiones comerciales en Norteamérica.
El mandatario ha condicionado esta medida como una represalia por el déficit comercial, el flujo de fentanilo y la migración irregular, lo que ha generado preocupación en los socios comerciales de Estados Unidos.
Además, Trump ha prometido aplicar un arancel del 10 % a China, lo que podría agravar las relaciones con el gigante asiático. La amenaza de estas medidas está pendiente de una orden ejecutiva que Trump aún no ha firmado, pero que podría hacer efectiva en los próximos días. El presidente republicano ya ha señalado algunos sectores que podrían ser los primeros afectados, como los productos farmacéuticos, medicamentos, chips, semiconductores y acero.
A pesar de la incertidumbre, el secretario de Comercio nominado por Trump, Howard Lutnick, ha indicado que los primeros aranceles a México y Canadá no se implementarán si esos países toman medidas efectivas en el combate al tráfico de drogas. Además, se espera que una segunda tanda de aranceles sea decidida hacia finales de marzo o abril, lo que mantiene a los países en alerta.
El T-MEC, acuerdo que revisará su vigencia en 2026, podría ser nuevamente objeto de renegociación, como ocurrió en 2017-2018. Sin embargo, la amenaza de los aranceles podría ser una táctica para obtener concesiones antes de esa revisión. México y Canadá, conscientes de los riesgos, ya han comenzado a prepararse para la posible aplicación de estas tarifas y, sobre todo, a intentar evitar que se concreten.
Canadá, que depende enormemente de su comercio con Estados Unidos, ve con alarma esta posible medida. Hasta un 80 % de sus exportaciones tienen como destino el país vecino, y el sector automotriz canadiense es clave para su economía.
En 2023, las exportaciones canadienses de automóviles sumaron 71,000 millones de dólares, de los cuales el 93 % se destinó a EE. UU. Ante la amenaza, Canadá ha intensificado su actividad diplomática y ha invertido 1,000 millones de dólares para reforzar su frontera. Además, ha advertido sobre las consecuencias devastadoras que estos aranceles podrían tener sobre su economía, calculando que una tarifa del 10 % le costaría alrededor de un 1 % de su PIB, unos 30.000 millones de dólares.
Por su parte, el gobierno mexicano no cree que la medida se concretará. "No creemos que vaya a ocurrir, la verdad, y si ocurre también tenemos nuestro plan", dijo la presidenta de México, Claudia Sheinbaum. México se prepara para enfrentar la situación, aunque confía en que la diplomacia y las negociaciones evitarán el impacto de estos aranceles.
El impacto de estos posibles aranceles también ha llamado la atención en otras partes del mundo. China, uno de los principales socios comerciales de Estados Unidos, ha afirmado que "nadie gana una guerra comercial" y ha instado a resolver las diferencias mediante el diálogo. Brasil y Chile también han manifestado su preocupación, con Brasil preparado para responder con "reciprocidad" y Chile recordando la importancia de su cobre para el mercado estadounidense.
La situación sigue siendo incierta, y la atención se centra en los próximos pasos de Trump, que podrían redefinir el panorama comercial de América del Norte y afectar las relaciones internacionales.