Aun cuando la mayoría de los negocios de la calle Madero están cerrados por disposición oficial, el tránsito de personas y automovilistas sigue siendo abundante, como si no existiera una declaratoria de emergencia sanitaria para prevenir contagios masivos de Covid-19.
Personas van y vienen por el centro de la ciudad de Colima, algunos con cubrebocas como lo ha ordenado el Gobierno estatal y otros sin nada, exponiéndose al probable contagio.
En las afueras de los bancos de la calle Madero, sigue habiendo una gran cantidad de personas que, en su mayoría, no respeta la sana distancia ni portan un cubrebocas. Los mismo son adultos mayores, mujeres y adolescentes, pero tampoco no falta el padre o la madre de familia que lleva de la mano a su hijo menor.
El tránsito de taxis y vehículos particulares no cambia, son demasiados. El pitar de los automovilistas para avanzar es constante.
La mayor parte de los negocios tienen sus cortinas abajo y están respetando las restricciones que ha impuesto el Gobierno estatal. Sin embargo, sí hay comercios abiertos que su actividad está considerada como no esencial, como los de mochilas, los de celulares, los de dulces típicos, entre otros. También, uno que otro vendedor ambulante se anima a ofrecer sus productos, con el riesgo de que los policías municipales lo retiren.
En días anteriores había una notable presencia de agentes de Tránsito y Seguridad Pública municipal resguardando la calle Madero, ahora es notorio el escaso número de elementos.