Una escoba, un recogedor y un carrito para llevar la basura, son las herramientas de trabajo de Esther Cervantes, quien desde hace 25 años se dedica a barrer calles en la Colonia Las Fuentes, oficio por el que obtiene un ingreso máximo de 800 pesos por semana y sin goce de prestaciones por supuesto, sin embargo, a sus 55 años, ella sigue recorriendo las calles de la zona y aunque forma parte de los casi 3 millones de guanajuatenses que se encuentran en la economía informal según datos del INEGI, para ella la emergencia sanitaria no ha mermado sus ingresos.
De lunes a sábado, Doña Esther camina 30 minutos de la Colonia San Felipe de Jesús a su lugar de trabajo y de un total de 25 clientes a los que les barre el frente de sus casas, tan sólo dos le han pedido que deje de asistir, por otra parte, su esposo sí fue despedido y por ahora sobreviven con el sueldo de Doña Esther, de tal manera que mientras le permitan seguir laborando no parará de barrer calles porque durante un cuarto de siglo es así como se ha ganado la vida y hoy ningún virus le causa temor o duda sobre qué tiene que hacer para salir adelante.