El presidente estadounidense, Joe Biden, se dirigió a la nación este jueves en su primera intervención tras la derrota de la vicepresidenta Kamala Harris en las elecciones del martes.
En un discurso solemne desde la Rosaleda de la Casa Blanca, Biden destacó la importancia de garantizar una "transición pacífica y ordenada" del poder a Donald Trump, quien fue elegido como presidente para el período 2025-2029. Acompañado de su personal y familiares, Biden buscó consolar a los demócratas, asegurando que "Estados Unidos va a estar bien" pese a los resultados adversos.
Biden reveló que había hablado con Trump para felicitarlo por su victoria y aseguró que su administración trabajaría en colaboración con el equipo de Trump para asegurar una transición tranquila. "He dirigido a mi equipo para colaborar con el equipo del presidente electo, Trump, y garantizar que el traspaso de poder se haga de manera ordenada y pacífica", expresó el mandatario. Aunque no confirmó su asistencia a la toma de posesión de Trump el 20 de enero de 2025, Biden dejó claro su compromiso con la Constitución y el proceso democrático: "Cumpliré mis promesas y tendremos una transición pacífica del poder", afirmó.
Biden también aprovechó la ocasión para reflexionar sobre la importancia de aceptar los resultados electorales, un tema que ha sido especialmente relevante desde la contienda presidencial de 2020. "Uno no puede amar a su país solo cuando gana", dijo, subrayando que aceptar los resultados es esencial para el bienestar de la nación. Esta frase fue un claro recordatorio de la actitud de Trump tras su derrota en 2020, cuando el entonces presidente alegó sin pruebas que hubo fraude electoral, lo que culminó en el asalto al Capitolio en enero de 2021 por parte de sus seguidores.
El mandatario también se mostró agradecido con su compañera de fórmula, Kamala Harris, a quien alabó por su dedicación durante la campaña. "Ha dado todo su corazón y esfuerzo", dijo Biden, tras una conversación telefónica con ella. Sin embargo, en su discurso, también reconoció que el Partido Demócrata había "perdido una batalla", pero subrayó que eso no significaba que estuvieran "derrotados". Biden alentó a sus seguidores a no rendirse, citando a su padre: "Los reveses son inevitables, pero rendirse es imperdonable".
El discurso de Biden, que duró apenas siete minutos, fue un momento de reflexión para el presidente, quien, a pesar de su derrota política, mostró determinación y esperanza. Al final de su intervención, Biden recibió un fuerte aplauso de su equipo y de su nieta, quien estaba en primera fila. En un gesto de cariño, el presidente le envió un beso, el único momento emocional del evento.
El discurso también se dio en un contexto difícil para Biden, quien enfrenta críticas internas de su propio partido. Algunos miembros del Partido Demócrata le culpan de la derrota de Harris, señalando que su decisión de postularse a la reelección bloqueó el camino para una posible candidatura de Harris, lo que limitó su capacidad de fortalecer su campaña. La crítica más fuerte provino de Jim Manley, un antiguo asistente del exlíder de la mayoría del Senado, Harry Reid, quien afirmó que la "arrogancia" de Biden contribuyó a la victoria de Trump.
Con su derrota, Biden se convierte en lo que en la jerga política estadounidense se denomina un "pato cojo", un presidente cuyo poder se ve disminuido a medida que se acerca el final de su mandato. A pesar de esto, Biden aún tiene la capacidad de utilizar órdenes ejecutivas y otorgar perdones presidenciales, aunque su capacidad para impulsar nuevas políticas legislativas en el Congreso será limitada. El 20 de enero de 2025, Trump asumirá el cargo de presidente, poniendo fin al mandato de Biden.
Con información de EFE.