Biden presiona a puertos para resolver huelga y evitar caos

El gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha intensificado su presión sobre la Alianza Marítima de Estados Unidos (USMX), que representa a la patronal portuaria, para que mejore su oferta salarial y así lograr un acuerdo laboral con los estibadores

La huelga ha tenido un impacto inmediato y significativo en la logística nacional. Según datos de Everstream Analytics, más de 38 buques portacontenedores estaban atracados en los puertos estadounidenses el martes, un aumento drástico respecto a solo tres barcos el domingo anterior al inicio del paro. Los analistas advierten que esta interrupción podría costar a la economía miles de millones de dólares al día si se prolonga. Oxford Economics estima que las pérdidas podrían oscilar entre 4.500 y 7.500 millones de dólares por semana (aproximadamente 135,000 millones de pesos mexicanos), dependiendo de la duración del conflicto.

El presidente Biden ha instado a los trabajadores a sentarse a la mesa de negociación y poner fin a la huelga. En sus declaraciones, señaló que las empresas han experimentado ganancias extraordinarias, con aumentos superiores al 800% desde el inicio de la pandemia. "Es hora de que se sientan a la mesa y pongan fin a esta huelga", afirmó Biden, haciendo hincapié en que los propietarios deben reconocer las contribuciones de los trabajadores.

Aproximadamente 45 mil miembros del sindicato Asociación Internacional de Estibadores (ILA) han detenido operaciones en varios puertos, desde Maine hasta Texas, afectando gravemente la distribución de productos esenciales, incluidos alimentos y automóviles

La situación ha llevado a la Federación Nacional de Minoristas y otras 272 asociaciones comerciales a solicitar al gobierno federal que intervenga para detener la huelga, argumentando que podría tener "consecuencias devastadoras" para la economía. Sin embargo, Biden ha dejado claro que no tiene intención de invocar la Ley Taft-Hartley, que le permitiría forzar un regreso al trabajo por razones de seguridad nacional. Esto refleja su compromiso con las negociaciones colectivas y su deseo de evitar tensiones adicionales entre el gobierno y los sindicatos.

El sindicato ILA inició su huelga tras el fracaso de las negociaciones con USMX para un nuevo contrato laboral de seis años. Aunque USMX ofreció un aumento salarial del 50%, el líder del sindicato, Harold Daggett, ha señalado que esta propuesta es insuficiente. El sindicato busca un aumento adicional de 5 dólares por hora durante cada año del nuevo contrato y solicita el fin de los proyectos de automatización portuaria que amenazan los puestos de trabajo.

La huelga, que es la primera acción significativa de ILA desde 1977, ha generado preocupación entre las empresas que dependen del transporte marítimo para exportar e importar mercancías cruciales. Los puertos afectados incluyen importantes instalaciones en Nueva York, Baltimore y Houston, que manejan una amplia gama de productos desde plátanos hasta ropa y automóviles

A medida que avanza la huelga, se han llevado a cabo manifestaciones en apoyo a los estibadores. Cientos se reunieron en una terminal marítima en Elizabeth, Nueva Jersey, donde expresaron sus demandas con pancartas y consignas como "¡ILA hasta el final!". Este tipo de apoyo resalta la determinación del sindicato para luchar por mejores condiciones laborales y salarios justos.

Los economistas advierten que aunque inicialmente no se espera un aumento inmediato en los precios al consumidor debido a envíos anticipados realizados por las empresas antes del paro, una interrupción prolongada podría llevar a aumentos significativos en los precios, especialmente en alimentos y automóviles.