La gigante china BYD, mayor fabricante mundial de autos eléctricos, aún no ha formalizado su inversión para construir una planta en México, a pesar de los planes anunciados en 2023.
En ese momento, la empresa había expresado su intención de establecer una fábrica en territorio mexicano con la capacidad de producir hasta 150 mil vehículos anualmente y generar 10 mil empleos.
Sin embargo, según reportes de prensa, la inversión sigue sin concretarse debido a preocupaciones por la seguridad de las tecnologías desarrolladas por la compañía.
El diario británico Financial Times reveló que el Ministerio chino de Comercio está retrasando su aprobación para la nueva planta de BYD en México. Las autoridades chinas temen que la cercanía de México con Estados Unidos pueda facilitar el acceso de ese país a las avanzadas tecnologías de la empresa, lo que pondría en riesgo la seguridad y exclusividad de los sistemas de BYD.
Estas inquietudes se basan en la percepción de que el gobierno estadounidense podría obtener información sensible debido a la proximidad geográfica y a las relaciones comerciales estrechas que existen entre ambos países. A pesar de este retraso, la empresa sigue apostando por el mercado mexicano, que se ha convertido en un lugar clave para la expansión de los vehículos eléctricos.
En 2024, BYD logró vender más de 40 mil unidades en México, lo que marca un importante crecimiento en su presencia en el país. La empresa tiene como objetivo duplicar sus ventas durante este año y, para ello, proyecta abrir 30 nuevos concesionarios en diversas regiones del territorio mexicano.
La situación refleja un panorama de incertidumbre sobre las inversiones extranjeras en México, especialmente aquellas provenientes de China. Aunque el país sigue siendo atractivo para empresas que buscan aprovechar su ubicación estratégica y el creciente mercado de autos eléctricos, las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China siguen siendo un tema delicado que podría afectar futuras inversiones.
En este contexto, el gobierno mexicano continúa evaluando las oportunidades de inversión, mientras mantiene una postura cautelosa frente a las posibles implicaciones tecnológicas y comerciales que podrían derivarse de acuerdos con empresas extranjeras.
A pesar de los retos, el mercado de autos eléctricos en México sigue mostrando un alto potencial, impulsado tanto por la demanda interna como por los intereses de fabricantes globales como BYD.
El futuro de la planta de BYD en México dependerá, en gran medida, de cómo se resuelvan estos conflictos tecnológicos y de seguridad, y de las decisiones que tome la empresa para mitigar los riesgos asociados con el entorno geopolítico.