Un cruce de declaraciones entre el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, y la presidenta Claudia Sheinbaum, ha desatado una nueva polémica en torno a la cooperación en materia de seguridad entre ambas naciones. El Departamento de Estado estadounidense respaldó al diplomático, mientras que México expresó su inconformidad mediante una nota diplomática.
En una rueda de prensa, el vocero del Departamento de Estado, Vedant Patel, enfatizó que "hay trabajo por hacer" en temas de seguridad, subrayando que el gobierno estadounidense busca profundizar su cooperación con la administración de Claudia Sheinbaum. Patel también señaló fallas en la coordinación entre ambos países durante el último año, atribuyéndolas a la negativa del expresidente Andrés Manuel López Obrador de aceptar apoyo estadounidense.
Por su parte, Salazar criticó el enfoque previo del gobierno mexicano, acusando a la administración anterior de minimizar problemas y responsabilizar a Estados Unidos de la inseguridad en México. Estas declaraciones llevaron a Sheinbaum a responder categóricamente, afirmando que la colaboración entre ambos países no implica "subordinación" y cuestionando la consistencia del embajador en sus posturas sobre diversos temas.
En su conferencia matutina, Sheinbaum mostró un video para ilustrar las contradicciones en las declaraciones de Salazar y aseguró que "tiene que haber lógica en las declaraciones que hace uno". Además, reiteró que la relación bilateral debe basarse en respeto mutuo y objetivos comunes.
La cancillería mexicana, encabezada por Juan Ramón de la Fuente, también expresó su "extrañamiento" por los comentarios del embajador, subrayando la importancia de una relación respetuosa entre ambos países. Esta postura busca evitar que las tensiones afecten temas clave como la cooperación en seguridad y el comercio fronterizo.
El respaldo de Washington a Salazar refleja la prioridad que la seguridad en México tiene para Estados Unidos, mientras que las críticas a la administración pasada destacan diferencias en enfoques y expectativas. Sin embargo, estas declaraciones han tensado un panorama que requiere coordinación para abordar problemas compartidos, como el tráfico de armas y drogas.
La controversia subraya los retos de las relaciones bilaterales en un momento clave para ambos países, donde la colaboración efectiva será esencial para garantizar la seguridad en la región y fortalecer los vínculos históricos que unen a México y Estados Unidos.