En le Panteón Norte de la ciudad, el prohibir el acceso al público por unas días no ha alejado a los comerciantes de la zona en su totalidad, pues algunos, sobre todo adultos mayores que siguen haciendo la lucha debido a que no tienen otro lugar para vender, aunque sus ventas estén por los suelos el intentar ganar unos pesos con los cortejos fúnebres que llegan al lugar y que por cierto también son limitados, es su única opción para conseguir que comer.
A los comerciantes se unen también los taxistas y un orador, quienes también dependen de este lugar para obtener un ingreso, aunque con el cierre del panteón se han quedado definitivamente sin esa posibilidad, por lo que piden también comprensión en el tema económico al tomar decisiones como está, ya mientras se prentende prevenir contagios del coronavirus, el comercio muere por una enfermedad llamada crisis económica.