La incertidumbre económica en Ciudad Juárez, el epicentro de la industria maquiladora en México, ha alcanzado niveles preocupantes. Este año, la ciudad fronteriza ya ha perdido 40.000 empleos y más de 250 empresas debido a diversos factores, entre ellos la posible política proteccionista del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
La situación se complica a medida que Trump anuncia su equipo de trabajo y reafirma su intención de implementar medidas como aranceles más altos y cierres en la frontera, lo que afecta directamente a la industria maquiladora, que depende de una relación fluida con el mercado estadounidense.
Thor Salayandía, presidente del Bloque Empresarial Fronterizo, expresó su preocupación por los perfiles de los funcionarios nombrados por Trump, los cuales considera "herméticos" y "agresivos". Aseguró que la industria maquiladora de Ciudad Juárez ha estado produciendo a un ritmo más bajo, lo que ha generado pérdidas de empleo. La disminución en la producción y la incertidumbre sobre las futuras políticas comerciales de Estados Unidos han hecho que muchas empresas reconsideren sus inversiones en la ciudad, que depende en gran medida de la maquila para su sustento económico.
El impacto de las políticas de Trump no solo afecta a las grandes empresas, sino también a los comercios y pequeñas industrias locales que se encuentran en los alrededores de las plantas maquiladoras. Salayandía advirtió que la falta de un modelo económico alternativo podría obligar a muchas de estas empresas a reducir personal o, en el peor de los casos, a cerrar. La pérdida de empleos en la maquila, sector clave en la economía local, podría tener efectos en cadena sobre otros sectores productivos de la región.
La volatilidad del peso mexicano también ha exacerbado la situación. En lo que va del año, el peso se ha depreciado casi un 20 %, cotizando en 20,38 unidades por dólar. Este fenómeno se ha agudizado con el regreso de Trump a la Casa Blanca, lo que ha generado aún más incertidumbre en el mercado. La depreciación de la moneda afecta directamente a las empresas locales, que dependen de insumos importados para producir bienes que luego se exportan, principalmente a Estados Unidos.
Por su parte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha intentado calmar las preocupaciones de la población asegurando que los mexicanos no tienen de qué preocuparse ante la posible revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) en 2026. Sheinbaum se comprometió a demostrar los beneficios del comercio para la economía estadounidense y destacó que los trabajadores mexicanos en Estados Unidos también contribuyen significativamente a esa economía.
Sin embargo, algunos economistas, como Alejandro Sandoval Murrillo, advierten sobre los graves riesgos que una posible cancelación o renegociación del T-MEC representaría para ciudades como Juárez. En su opinión, la economía de la región dependería enormemente de la relación comercial con Estados Unidos, y cualquier alteración significativa en el tratado afectaría gravemente a la actividad económica local. Aunque México ha logrado diversificar su economía, aún depende en gran medida de su acceso al mercado estadounidense.
A pesar de la diversificación económica, los analistas coinciden en que la incertidumbre sobre las políticas de Trump, sumada a la fluctuación del tipo de cambio y las posibles restricciones comerciales, podría dejar una huella muy profunda en la economía fronteriza. Para Ciudad Juárez, el futuro inmediato dependerá en gran medida de las decisiones que tome la nueva administración estadounidense respecto a sus relaciones comerciales con México.