A lo largo de todo el año, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) registró descubrimientos arqueológicos que amplían la comprensión de las antiguas civilizaciones que habitaron el territorio mexicano
A continuación te diremos estos hallazgos, que incluyen desde estructuras arquitectónicas hasta restos humanos, se han localizado en diversas regiones del país:
Estos vestigios fueron encontrados a dos metros por debajo de la avenida Chapultepec, en lo que alguna vez fue una playa en una península adyacente al cerro del Chapulín. Junto a estos restos, se localizó una vivienda de la misma época en el predio del edificio histórico de la Secretaría de Salud. Estos hallazgos proporcionan información valiosa sobre la vida cotidiana y las actividades económicas de las comunidades que habitaron la región.
Este asentamiento, mapeado mediante tecnología LiDAR, se extiende a lo largo de 16.6 kilómetros cuadrados y contiene vestigios de infraestructura agrícola y estructuras propias del periodo Clásico (250-900 d.C.). El descubrimiento sugiere una mayor densidad poblacional en Campeche durante tiempos prehispánicos, lo que podría cambiar la comprensión sobre el desarrollo social y económico de esta área.
Este monumento, conocido como la "Roca de la fundación", tiene alrededor de 1,500 años de antigüedad y mide 4.30 metros de ancho por 3.50 metros de alto. Contiene 123 cartuchos jeroglíficos que han proporcionado nuevos nombres de sitios, gobernantes y divinidades que no estaban documentados previamente en las inscripciones conocidas.
Además, en Dzibanché, también en Quintana Roo, se encontraron nuevas pistas sobre la poderosa dinastía Kaanu'l. Las excavaciones revelaron dos plataformas con fachadas decoradas con relieves en estuco que representan escenas del periodo Clásico Temprano (500-600 d.C.). Estas imágenes incluyen guardianes y animales mitológicos asociados con constelaciones.
Se estima que esta estructura perteneció a una familia de élite hacia finales del periodo Epiclásico y principios del Posclásico mesoamericano (850?1200 d.C.).
A lo largo de 8 kilómetros desde la línea costera se distribuyen ocho montículos de conchas que varían entre 8 y 12 metros de altura. Este tipo de sitios es crucial para entender las prácticas alimenticias y culturales de las sociedades costeras prehispánicas.
Este sitio permitió identificar un campamento estacional utilizado por cazadores-recolectores entre 700 y 1000 años antes del presente. La recuperación de restos óseos humanos y materiales arqueológicos proporciona información valiosa sobre las rutas migratorias y los modos de vida de estas antiguas poblaciones.
Exploraciones realizadas en el yacimiento Santa Lucía durante la construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles llevaron al descubrimiento del esqueleto conocido como "Yotzin".
Este individuo pertenece al final del Pleistoceno e inicios del Holoceno, hace aproximadamente 10,000 años. Los estudios antropométricos realizados han permitido obtener datos sobre las características físicas y el estilo de vida en esa época.
Junto a ella se recuperaron huesos humanos trabajados, principalmente fémures, así como objetos cerámicos y líticos arrojados al lago como ofrendas durante tiempos prehispánicos.
En el Gran Basamento se descubrió una caja de ofrenda datada hace más de siete siglos que contenía navajillas, cuchillos de obsidiana y bloques de copal utilizados en rituales religiosos.