La toma de las instalaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en el Centro de la Ciudad de México, podría volverse permanente, luego que los colectivos que encabezan la ocupación, advirtieron que convertirán este inmueble en un "refugio para víctimas".
Se trata, dijeron, de una respuesta a la "inmovilidad" de autoridades de los tres niveles de gobierno para dar respuesta a crímenes como los feminicidios y las desapariciones.
El conflicto inició el pasado miércoles, luego que la ombudsperson, Rosario Piedra Ibarra, recibió a 18 víctimas que permanecían en un plantón afuera de las oficinas de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV). Tras el diálogo tres decidieron plantarse en las instalaciones CNDH, en la calle República de Cuba 60, en el Centro Histórico, y una de ellas, Marcela Alemán, mamá de una menor abusada sexualmente, se amarró en una silla, hasta que un día despúes fueron atendidas por personal de la Secretaría de Gobernación.
Sin embargo, el viernes comenzaron a llegar a las instalaciones víctimas y organizaciones como el Frente Nacional Ni una Menos México", para tomar las instalaciones y presentaron un pliego petitorio con diversas demandas, entre ellas entrega de despensas; programas de empleo, subsidio para la Alerta de Violencia de Género en siete estados y poner fin al discurso de descalificación del movimiento feminista.
Además, la mañana del sábado incendiaron las sillas de la CNDH, y exhibieron supuestos alimentos de lujo que consumían los funcionarios como corte de carne Rib Eye.
Ante ello, la presidenta de la CNDH, Rosario Piedra, llamó a los manifestantes a liberar las instalaciones y aseguró que "no son oficinas burocráticas, son centros de recepción y atención de quejas.
Para solucionar el conflicto, este domingo funcionarios de la Secretaría de Gobernación (Segob) y de la Fiscalía de la Ciudad de México acudieron a las instalaciones a fin de dialogar y escuchar las demandas de los manifestantes.