Una de las dinámicas más importantes de la F?eria del Libro de Guadalajara es el encuentro con los Mil Jóvenes, donde escritores y visitantes de la FIL pueden convivir y dialogar de múltiples temas. Mia Couto, ganador este año del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, inició el ejercicio de este año, donde platicó en torno a sus primeros acercamientos con la literatura y también, sobre la naturaleza dentro de su trabajo literario.
El mozambiqueño Couto explicó que cuando era niño, era muy tímido y le costaba trabajo comunicarse con otras personas, por lo que a través de la literatura y la escritura, expresaba sus emociones. Dijo haber sido un joven enamoradizo, pero poco correspondido. En una ocasión, una niña que le gustaba vio sus poemas y le dijo que él podía hacer bailar a las palabras. Desde entonces se enamoró de escribir.
Couto, quien vivió en carne propia la independencia de Mozambique en los años 70, la guerra civil y los conflictos internos de esta nación africana, es biólogo de profesión y por eso el elemento de la naturaleza está sumamente arraigado en sus escritos. "Primero, creo que la primera cuestión que tal vez sea necesario decir es que hay varias ideas sobre la naturaleza. Y hay varias maneras de ver, de entender la naturaleza. En Mozambique, los pueblos rurales de Mozambique tienen una idea de que la naturaleza es todo. Por eso no tiene nombre. No hay un nombre, ninguna lengua indígena de Mozambique para denominar la naturaleza. Somos parte de ella, no hay frontera, no es una cosa distinta. Como no es una cosa distinta, no se da un nombre. Entonces, esta idea de salvar el mundo, como mucha gente ahora se propone, es necesario salvar el mundo. Es verdad que es necesario salvar el planeta, pero el planeta se va a salvar por sí mismo", expresó el escritor mozambiqueño.
Couto señaló que una de las mayores importancias de la escritura es que es una ventana, que ayuda a la gente a no sentirse tan sola, porque del otro lado del papel está la presencia de otro.
Expresó que no tiene un libro predilecto de él mismo, y que no recomienda que los jóvenes se conviertan en escritores, a menos que realmente deseen compartir su naturaleza y personalidad con el mundo.