El peregrinaje anual a la ciudad santa de La Meca, denominado Hajj, continúo hoy con el segundo día del ritual "Tashriq" (lapidación), en el que de manera simbólica los fieles musulmanes confrontan a Satán durante tres días.
De acuerdo con la tradición, para el ritual de la lapidación del diablo (Iblis, según el Islam), los peregrinos deben arrojar piedras a los tres lugares donde se cree se apareció Satán a Abraham para tratar de que desobedeciera la orden de Alá (Dios) y no sacrificar a su hijo, Ismail.
Durante el Tashriq, los peregrinos deben lanzar el primer día siete piedras contra el muro de unos 30 metros de altura, que se edificó alrededor de las enormes piedras que simbolizan a Satán, 21 más al siguiente, y dos en el tercero y último día del ritual.
Durante estos tres días, los fieles permanecen en el valle de Mina y aprovechan su estancia para preparar su regreso a casa, rapándose los varones y las mujeres cortándose un mechón de su pelo, para que con este símbolo, los demás fieles sepan a su regreso que hicieron el Hajj.
De manera paralela al ritual del Tashriq, los peregrinos acudieron este miércoles a la Masyid al-Haram, principal mezquita de La Meca, para ofrecer sus oraciones por el bienestar de los suyos, según un reporte de la cadena árabe Al Arabiya.
En los mercados que rodean la mezquita sagrada y en otros lugares de la ciudad, los barberos trabajan horas extras para llevar a cabo el afeitado de las cabezas, que es para los creyentes parte importante del Hajj.
"He asistido a por lo menos 450 personas en las últimas 26 horas. Tuvimos que repartir turnos porque no podíamos gestionar la cantidad de personas que ingresaban", dijo uno de los barberos de la zona.
Una pareja sudafricana que realizó este año por primera vez el peregrinaje, expresó su privilegio por la bendición que les dio Dios con la oportunidad de viajar a La Meca, Arabia Saudita.
"No se trata solo del Hajj, la alegría de ver tanta gente de todo el mundo, es una sensación muy especial", dijeron los fieles a la cadena informativa.
La ciudad de La Meca tuvo la víspera un ambiente festivo por la iluminación de los fuegos artificiales en las cercanías de la mezquita Masjid al-Haram, donde los peregrinos cantaron durante toda esta madrugada versos del Corán (libro sagrado del Islam)
La peregrinación anual a La Meca o Hajj, que este año atrajo a dos millones de fieles de todo el mundo, es uno de los cinco pilares del Islam, que todo musulmán adulto está obligado a cumplir al menos una vez en su vida si sus recursos económicos y su estado de salud se lo permiten.
Los musulmanes creen que participar en la peregrinación conduce a un renacimiento espiritual, ya que en el Corán sostiene que en el día del juicio, Alá examinará las buenas obras y pecados de una persona para determinar si se van al cielo o al infierno.
Por tanto, el Hajj es visto por los seguidores de la fe islámica como una oportunidad para limpiar sus pecados y comenzar de nuevo limpios y renovados.