Las variaciones climáticas han tenido un impacto profundo en el consumo de agua en las principales ciudades de México, como la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey
Un estudio realizado por el Instituto de Geografía de la UNAM destaca que la creciente demanda de agua, impulsada por el aumento de la población y las condiciones climáticas cambiantes, ha superado la capacidad de oferta del recurso hídrico. Este fenómeno ha generado una preocupación significativa sobre la disponibilidad de agua potable para el consumo doméstico.
El investigador Víctor Orlando Magaña Rueda y sus colegas han señalado que el acceso al agua es desigual en las metrópolis mexicanas, y que el clima influye directamente en los patrones de consumo. Durante las temporadas de calor, se ha observado un incremento del 10 al 15% en el uso del agua, lo cual plantea un desafío adicional para la gestión hídrica en un país donde la infraestructura no ha crecido al mismo ritmo que la población.
Desde el año 2000, México ha experimentado cambios climáticos notables. La temperatura media ha aumentado alrededor de 1.7 °C desde principios del siglo XX, y se prevé que continúe incrementándose entre 1.1 °C y 4.8 °C para finales del siglo XXI
Este calentamiento global ha llevado a una mayor frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos, como sequías e inundaciones, afectando no solo el acceso al agua sino también la agricultura y otros sectores económicos.
La economía mexicana se enfrenta a desafíos significativos debido a estas variaciones climáticas. Según Armando Sánchez Vargas, director del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, se ha establecido una relación inversa entre el aumento de temperaturas y el crecimiento económico. Se estima que cada incremento del 1% en la temperatura podría resultar en una disminución del PIB per cápita entre -0.77% y -1.76%. Para el año 2100, se anticipa que las variaciones climáticas podrían reducir el PIB per cápita entre -1.96% y -2.03%, lo que subraya la urgencia de abordar los efectos adversos del cambio climático.
Además, las proyecciones indican que los patrones de precipitación se volverán más extremos, con periodos secos más prolongados y un aumento en la intensidad de las lluvias durante los días más húmedos del año. Esto no solo afecta a la agricultura, sino que también compromete la seguridad alimentaria y los recursos hídricos en todo el país.
Para mitigar estos efectos, expertos de la UNAM sugieren implementar una mejor gestión del agua a nivel urbano y rural. Esto incluye adoptar tecnologías más eficientes para el uso doméstico, como sistemas de ahorro en duchas e inodoros, así como promover una cultura del agua que involucre a toda la población en su conservación