El Día de la Candelaria, celebrado cada 2 de febrero, marca el cierre del maratón de festividades Guadalupe-Reyes-Candelaria en México.
Esta tradición culmina con la famosa "tamaliza", un encuentro familiar en el que se comparten tamales y atole. La festividad, que tiene un fuerte arraigo cultural, es organizada por la persona que encontró el Niño Dios en la Rosca de Reyes, aunque su significado religioso, asociado a la Virgen de la Candelaria, no siempre es reconocido por todos los mexicanos.
Este año, según la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) la celebración del Día de la Candelaria traerá consigo un gasto considerable para las familias. Según estimaciones, el gasto promedio para una reunión de diez personas será de $1,099.00, lo que representa un aumento del 15% en comparación con el año anterior, cuando el costo fue de $956.00.
Este gasto incluye los ingredientes básicos para preparar tamales, champurrado y refrescos. En total, se calcula que se venderán entre 25 y 30 millones de tamales en todo el país, lo que supone un incremento en las ventas de entre el 300% y el 400%.
El tamal, cuyo nombre proviene del náhuatl "tamalli" (que significa "envuelto"), es un platillo tradicional que forma parte de la gastronomía latinoamericana. Consiste en masa de maíz rellena con una variedad de ingredientes, envuelta en hojas y cocida al vapor. La historia de este platillo se remonta a más de 5,000 años, siendo preparado por las antiguas culturas mesoamericanas como los aztecas, mayas, olmecas y mexicas.
En sus inicios, los tamales se rellenaban con carne de guajolote, pescado, frijoles, chiles y vegetales, aunque con la llegada de los españoles, nuevos ingredientes como carne de cerdo, pollo, res, pasas, almendras y especias fueron incorporados, enriqueciendo la variedad de sabores.
México es hogar de más de 500 variedades de tamales, lo que refleja la diversidad cultural y gastronómica de sus regiones. Cada estado y región tiene sus propias recetas y versiones, adaptadas a las tradiciones locales. En el norte del país, destacan los tamales de elote de Sonora, dulces y esponjosos, así como los tamales norteños de Chihuahua, rellenos de carne de res o cerdo con chile colorado. En Baja California, los tamales se adaptan a la cercanía del mar con rellenos de pescado o mariscos.
En el centro del país, la Ciudad de México es famosa por sus tamales rellenos de salsa verde, roja, rajas o dulce, y las guajolotas, que consisten en un tamal dentro de un bolillo. Puebla se distingue por sus tamales de mole poblano y los tamales canarios, dulces y esponjosos. En Tlaxcala, los tamales de ombligo tienen una forma particular en el centro, mientras que en Hidalgo se preparan zacahuiles, tamales gigantes.
El occidente del país también tiene su propio sello con los tamales de cerdo en salsa verde o roja de Jalisco, y las corundas triangulares de Michoacán, acompañadas de crema y queso. En el sur de México, Oaxaca es famosa por sus tamales de mole negro, mientras que Chiapas destaca con tamales de chipilín y de bola. Veracruz y Tabasco ofrecen versiones regionales del zacahuil y tamales de masa colada, respectivamente.
La diversidad de los tamales en México no solo es un reflejo de la riqueza gastronómica del país, sino también de su herencia cultural. La tradición del Día de la Candelaria y la "tamaliza" son momentos de unión familiar y celebración que destacan el papel fundamental de los tamales en la cultura mexicana. Estos platillos no solo son parte esencial de la dieta, sino que también simbolizan la diversidad y la identidad de México, en cada bocado.