Al menos 42 personas murieron y otras 45 resultaron heridas a causa de inundaciones repentinas, sequías y otros desastres naturales en el último mes en Afganistán, informó este sábado el Gobierno de los talibanes.
"En el último mes, debido a las fuertes lluvias, inundaciones repentinas, granizo y deslizamientos de tierra, 42 personas murieron y 45 resultaron heridas", informó hoy en un mensaje en vídeo el portavoz del Ministerio de Gestión de Desastres del Gobierno, Malavi Shafiullah Rahimi.
El portavoz agregó que la mayoría de los fallecidos se reportaron en 12 de las 34 provincias afganas, incluidas Kapisa, Wardak, Takhar, Badakhshan, Ghor, Kandahar, Kunar, Nuristan, Laghman Pakitya, Khost, Daikondi y Nangarhar.
Druante ese periodo, se destruyeron total y parcialmente 341 viviendas, se destruyeron miles de hectáreas de tierras agrícolas y huertas y se perdieron 1.354 cabezas de ganado en estas provincias, indicó el portavoz.
Rahimi aseguró que las autoridades de desastres afganas, en colaboración con algunas ONG nacionales e internacionales están distribuyendo asistencia alimentaria, financiera y humanitaria en las zonas más afectadas del país, donde se calcula que hay unas 15.000 víctimas y familias vulnerables a este tipo de incidentes.
El Ministerio de Gestión de Desastres de Afganistán aprovechó la ocasión para instar a la comunidad internacional a "no dejar solo al pueblo afgano en este peor momento y continuar con su asistencia humanitaria".
Solo en un terremoto de 5,9 grados que sacudió el este de Afganistán el pasado junio, las autoridades reportaron 1.030 personas muertas y más de 1.500 heridas. El pasado enero, más de un centenar de personas murieron en el país por una virulenta ola de frío, con mínimas que rozaron los -20 grados y cubrieron de nieve buena parte de la nación asiática, incluyendo la capital.
Afganistán ya se encontraba sumido en una profunda crisis humanitaria y económica antes del regreso al poder de los talibanes en agosto de 2021, pero el aislamiento internacional y el bloqueo de los fondos de ayuda extranjera tras la caída del anterior Gobierno han exacerbado la situación de precariedad de millones de afganos.