El espía es quizá una de las tradiciones religiosas más antiguas de Capultitlán, en Toluca, rumbo a Semana Santa.
Javier ha perdido la cuenta de cuántos años ha personificado al espía, pero asegura que es una tradición comunitaria que sigue siendo relevante.
Vestido de romano con una capa y un morrión de colores llamativos, Javier recorre las calles del pueblo montado en un caballo. Detrás de él, caminan o van en bicicleta cientos de niños y adultos que continúan las tradiciones.
Cada calle o capilla en Capultitlán se convierte en el punto exacto para que el espía silbe a los cuatro puntos cardinales, es un signo del inició de los días más santos del año.
Javier reconoce que tiene un compromiso con su comunidad, pues carga en sus hombros más de 100 años de historia.