Rafael Caro Quintero, conocido como "El Narco de Narcos", fue ingresado este lunes por la mañana al hospital Adolfo López Mateos, en Toluca, Estado de México, para someterse a un procedimiento programado debido a problemas de próstata.
Según reportes, el traslado y la atención médica contaron con un fuerte operativo de seguridad que incluyó la participación de elementos de la Guardia Nacional y la Policía Federal.
El exnarcotraficante, de 72 años, permanece recluido en el Centro Federal de Readaptación Social (CEFERESO) No. 1, conocido como "El Altiplano", desde julio de 2022, tras su detención en Sinaloa. Luego de ser intervenido, Caro Quintero fue regresado al penal alrededor de las 13:00 horas del mismo lunes, confirmó una fuente cercana al caso.
La atención médica del cofundador del Cártel de Guadalajara no es un hecho aislado. Apenas en septiembre, el exlíder del narcotráfico obtuvo una suspensión de oficio que le permitió recibir atención médica especializada. En su demanda de amparo, Caro Quintero argumentó que padecía afecciones en la próstata y el corazón, lo que requería un monitoreo constante por parte de cardiólogos y urólogos.
Este traslado ocurre más de un año después de que el capo fuera intervenido quirúrgicamente de emergencia por un crecimiento prostático anormal en fase 4. En aquella ocasión, su estado de salud también motivó su salida temporal del penal de máxima seguridad para recibir atención médica inmediata.
El hospital Adolfo López Mateos fue resguardado con un fuerte operativo de seguridad durante la estancia de Caro Quintero. Esto se ha convertido en un protocolo habitual para proteger tanto al reo como al personal médico y a los pacientes del lugar, dada su notoriedad dentro del mundo del narcotráfico en México.
La salud de Rafael Caro Quintero ha sido motivo de debate en los últimos meses, no solo por sus padecimientos, sino también por los recursos legales que ha empleado para garantizar su atención médica. Su caso pone de manifiesto la necesidad de protocolos claros para el tratamiento de reclusos con enfermedades crónicas en centros penitenciarios de alta seguridad.
Caro Quintero, quien fue capturado tras años de fuga, enfrenta un futuro incierto no sólo por su estado de salud, sino también por los cargos pendientes en su contra, tanto en México como en Estados Unidos. Mientras tanto, su situación médica sigue bajo la vigilancia de las autoridades y los especialistas designados.