El Papa Francisco, de 88 años, se encuentra "estable" y ha mostrado "una ligera mejoría", especialmente en los índices inflamatorios, tras seis días de hospitalización en el hospital Gemelli de Roma.
Su estado de salud ha sido motivo de preocupación, ya que se le diagnosticó una neumonía bilateral dentro de un cuadro clínico "complejo", que incluye bronquiectasias y bronquitis asmática.
El Vaticano informó que, a pesar de la gravedad del diagnóstico, el pontífice ha podido levantarse de la cama, respira de manera autónoma y sigue atendiendo asuntos laborales con sus colaboradores más cercanos. Incluso, recibió la visita de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, quien aseguró que lo encontró "atento y receptivo" y que "no ha perdido su sentido del humor".
Desde su ingreso el pasado viernes, Francisco ha estado bajo un tratamiento con antibióticos y cortisona. La neumonía detectada el martes requirió una terapia farmacológica adicional, pero los médicos han señalado que "el corazón está soportando bien los tratamientos" y que el Papa ha pasado las últimas noches con tranquilidad.
A pesar de su estado de salud, el pontífice ha seguido recibiendo muestras de cariño de fieles y pacientes del hospital. Niños internados en el área de oncología pediátrica le han enviado cartas y dibujos, mientras que decenas de personas se han acercado a las puertas del hospital para dejar mensajes y encender velas en su nombre.
El Vaticano ha insistido en que, aunque Francisco muestra signos de mejoría, su cuadro clínico sigue siendo "complejo" y por ahora se le ha recomendado "descanso absoluto". Hasta ahora, las únicas personas que han ingresado a su habitación son sus secretarios personales, quienes le han llevado documentos para mantenerse al tanto de sus responsabilidades.
El Papa ha enfrentado varios problemas de salud en los últimos años, incluyendo una operación intestinal en 2021 y episodios recurrentes de problemas respiratorios. Sin embargo, ha seguido adelante con su agenda y actividades siempre que su condición lo ha permitido.
El estado de salud del pontífice seguirá siendo monitoreado de cerca en los próximos días, mientras el mundo católico permanece atento a su recuperación.