El valor de la producción de las empresas constructoras en México ha continuado su descenso por tercer mes consecutivo, con una notable aceleración en la contracción anual durante septiembre, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). En este mes, el valor de la producción se redujo un 4.8% en comparación con agosto, lo que se atribuye en gran medida a la finalización de obras emblemáticas de la administración anterior, como el Tren Maya.
Este deterioro es parte de una tendencia más amplia, donde el valor real de producción ha mostrado una caída anual que pasó del 15.6% en agosto a un alarmante 21.6% en septiembre. Las cifras desestacionalizadas indican que las horas trabajadas también disminuyeron un 3.4% respecto a septiembre del año anterior, mientras que el personal ocupado total cayó un 1.5%.
Aunque las remuneraciones medias reales experimentaron un leve aumento del 0.2% anual, este crecimiento no ha sido suficiente para contrarrestar la caída general del sector
Los datos originales revelan un desplome anual del 22.4% en el valor de producción en septiembre, afectado principalmente por una caída del 59.7% en obras de transporte y urbanización en comparación con el mismo mes del año anterior. Otras categorías, como construcciones eléctricas y telecomunicaciones, también mostraron descensos significativos del 15.8% y 14.2%, respectivamente.
A pesar de esta situación adversa, el sector de la edificación se ha mantenido como un punto brillante con un crecimiento del 4.6% anual en septiembre, aunque esta cifra representa una desaceleración respecto al 6.7% registrado en agosto. Sin embargo, esta área no ha podido compensar las pérdidas en otros segmentos cruciales.
El personal ocupado ha sufrido un retroceso del 1.5%, impulsado por una disminución del 32.3% en el personal no dependiente de la razón social, que incluye a trabajadores contratados a través de terceros o bajo honorarios sin salario fijo. Además, las horas trabajadas por este grupo se contrajeron un impactante 45.6% anual
La baja inversión pública ha sido identificada como uno de los factores principales detrás de este declive. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público ha reservado fondos significativos que afectan directamente a proyectos clave dentro del sector construcción. Retrasos en los pagos a empresas constructoras y la desaceleración de obras importantes como el Tren Maya han contribuido a esta situación.