Las carreteras en México son una parte fundamental de la infraestructura del país, pero su calidad y seguridad siguen siendo un tema de preocupación.
Según la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) de 2023, el 70% de los mexicanos está satisfecho con las autopistas de cuota, mientras que solo el 33% lo está con las carreteras sin cuota. Sin embargo, la seguridad es el aspecto peor calificado en ambas categorías, reflejando una clara necesidad de mejora.
El principal desafío de las carreteras mexicanas, tanto de cuota como sin cuota, es la inseguridad. La Encuesta Nacional de Victimización de Empresas (ENVE) reporta que una de cada dos empresas percibe inseguridad al transportar productos por carretera. Esto se debe, en gran parte, a la delincuencia organizada que afecta a las rutas más transitadas del país. La situación varía según la región, siendo las zonas del centro, occidente y sureste del país las más afectadas por este problema.
El robo a transportistas es uno de los delitos más reportados, aunque la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de Seguridad Pública (ENVIPE) estima que solo uno de cada diez delitos se denuncia, lo que subestima la magnitud del problema. En 2022, se registraron 201,197 delitos en las carreteras, y en 2021, las empresas sufrieron un total de 98,725 delitos.
Los tramos más peligrosos del país
México cuenta con varias carreteras que, debido a sus características geográficas, condiciones de mantenimiento o tráfico, representan un alto riesgo para los conductores. Según el Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes (CONAPRA), algunas de las carreteras más peligrosas del país son:
Inseguridad y delitos en las carreteras
La delincuencia en las carreteras mexicanas no se limita al robo de mercancías. Según datos de la ENVIPE, los delitos más frecuentes en estos tramos incluyen robos y asaltos (35.2%) y extorsiones (19.8%). Lo alarmante es que la gran mayoría de estos delitos se cometen con armas de fuego y la participación de dos o más personas, lo que hace que la actividad delictiva en las carreteras sea extremadamente violenta.
Además, las investigaciones muestran que los delitos no son un fenómeno aislado, sino que se concentran en tramos específicos de las carreteras. En particular, las zonas cercanas al Estado de México, Ciudad de México, Puebla y Tlaxcala, así como en otras áreas metropolitanas como Guadalajara y Monterrey, presentan altos índices de robos y asaltos. De acuerdo con la información de seguridad pública, entre 2015 y 2023, el 50.4% de los robos a transportistas se concentraron en tan solo 24 municipios, entre los que se encuentran Guadalajara, Monterrey, CDMX, Aguascalientes, Tijuana, La Paz y Saltillo.
Aunque las autoridades continúan trabajando en mejorar la seguridad en las carreteras, los conductores deben tomar precauciones adicionales al viajar por estos tramos peligrosos. Es fundamental respetar los límites de velocidad, estar alerta a las señales de tránsito y mantener el vehículo en buenas condiciones mecánicas. Asimismo, los conductores deben procurar recorrer estos tramos descansados y en condiciones físicas adecuadas para enfrentar los retos que las carreteras de México presentan.
La situación de las carreteras en México refleja una serie de desafíos tanto en términos de mantenimiento como de seguridad. Si bien la infraestructura de las autopistas de cuota es relativamente mejor en comparación con las carreteras sin cuota, la falta de vigilancia efectiva y las malas condiciones de ciertas rutas siguen siendo problemas persistentes.
Para mejorar la situación de las carreteras del país, el gobierno federal lanzó el programa "Bachetón" para rehabilitar 44,600 kilómetros de carreteras con una inversión de 4,000 millones de pesos. Este proyecto, incluye bacheo, repavimentación y la creación de más de 11,000 empleos. En el sureste, la SEDENA reparará caminos afectados por el Tren Maya con un presupuesto adicional de 3,519 millones de pesos.
Dividido en fases, "Bachetón" concluirá en abril de 2025, buscando reducir accidentes y mejorar la conectividad. Aunque ha generado críticas por el uso de militares en tareas civiles, las autoridades aseguran que estas acciones son clave para una infraestructura moderna y segura.