Un centenar de migrantes salieron el pasado viernes por la fuerza de un centro migratorio ubicado en el municipio de Berriozábal, en el estado de Chiapas, sureste de México, luego de permanecer presuntamente retenidos durante 20 días.
Según informes, los migrantes lograron escapar del centro migratorio, ubicado a unos 40 minutos de Tuxtla Gutiérrez, capital del estado, tras forzar el portón principal y luego huyeron, sin que los agentes a cargo pudieran evitar su salida.
Su escapada, dijeron, se dio para evitar una tragedia como la ocurrida el pasado lunes en una estación migratoria de Ciudad Juárez, donde fallecieron 39 migrantes debido a un incendio.
Uno de los migrantes que venía en el grupo dijo a medios que lo único que quieren es transitar de manera libre y pacíficamente por México para llegar a Estados Unidos.
"Nosotros no tenemos armas, no somos criminales, venimos por un futuro mejor y no respetan nuestros derechos", explicó un migrante que salió huyendo del lugar.
Otro migrante denunció que donde estuvieron detenidos, "más bien estábamos encerrados y no es un albergue, sino una cárcel, donde no tenemos voz y ni derechos".
"Nos tenían encerrados, son muros bien altos, aunque no nos pegaron, el sufrimiento psicológico y la alimentación es de lo peor".
En una entrevista con EFE, el director del Centro de Dignificación Humana (CDH), Luis Rey García Villagrán, consideró que en estos casos se debe priorizar la defensa irrestricta de los derechos humanos de las personas migrantes.
"Si no se entiende desde un punto de vista humano está crisis migratoria, el Instituto Nacional de Migración (INM) nunca va a poder contener a ese mar de personas que va a seguir caminando", argumentó.
Además, dijo que se debe humanizar a la migración, con agentes que entiendan que "están tratando con seres humanos, mujeres, niños y hombres altamente vulnerables".
García Villagrán señaló que bajo ninguna circunstancia y por ninguna razón, una persona migrante puede permanecer más de 72 horas privada de su libertad en las estaciones migratorias.
"Basta ya de politizar el tema migratorio, se debe humanizar el tema de la migración, para que no ocurra lo que ya vimos en Ciudad Juárez".
La noche del pasado lunes un incendio en un centro migratorio en Ciudad Juárez, Chihuahua, norte de México, acabó con la vida de 39 personas, de las cuales 6 eran hondureños, 7 salvadoreños, 18 guatemaltecos, 1 colombiano y 7 venezolanos.
En la estación había cerca de 70 migrantes. Además de los fallecidos, el accidente dejó 28 heridos, 24 permanecen hospitalizados y 4 fueron dados de alta.
Tras su huida, los migrantes se encaminaron sobre la carretera en el municipio de Coita para llegar a Arriaga y cruzar al vecino estado de Chiapas.
A este grupo de personas, las autoridades de Protección Civil del estado, los acompañaron con una ambulancia, atención médica y bebidas hidratantes para continuar su camino sin que se expongan a un accidente.