EU busca "estrecha colaboración" con Sheinbaum, pese restricciones a embajador
Estados Unidos reafirmó este miércoles su intención de mantener una "estrecha colaboración" con México bajo la administración de la nueva presidenta, Claudia Sheinbaum, a pesar de las restricciones que ella ha impuesto al embajador estadounidense en el país, Ken Salazar.
Según informó el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, el Gobierno de EE.UU. desea trabajar de manera conjunta con Sheinbaum y su equipo, y espera seguir fortaleciendo la relación bilateral.
La declaración surge luego de que Sheinbaum anunciara que el embajador Salazar deberá canalizar todas sus gestiones a través de la Cancillería mexicana, evitando el contacto directo con miembros específicos del Gabinete. Miller, sin embargo, no confirmó si el Gobierno estadounidense aplicará una medida similar para el embajador de México en EE.UU, Esteban Moctezuma.
La presidenta de México restableció el contacto diplomático con Estados Unidos, tras la "pausa" que había impuesto su predecesor, Andrés Manuel López Obrador. La relación se había tensado después de que Salazar criticara públicamente la reforma judicial en México. Sheinbaum ha detallado que el objetivo de estas nuevas directrices es "ordenar" la comunicación entre ambos países.
Durante una reunión con el nuevo canciller mexicano, Juan Ramón de la Fuente, se informó a Salazar que cualquier asunto, incluso aquellos relacionados con sectores específicos como el energético, deberá ser gestionado exclusivamente a través de la Cancillería. "Si quiere tratar algún tema con la Secretaría de Energía, pues a través de la Cancillería", señaló Sheinbaum para ejemplificar el nuevo protocolo.
Estas nuevas reglas establecen un canal único de comunicación y buscan evitar la injerencia directa en diversas áreas del Gobierno mexicano. La medida también subraya la importancia que Sheinbaum le da a la Cancillería como principal punto de contacto entre ambos países.
El embajador Salazar, quien ha mantenido una relación activa y visible con distintos funcionarios mexicanos, deberá adaptarse a estos cambios para continuar el diálogo diplomático entre ambas naciones. Por su parte, el Gobierno estadounidense no ha emitido comentarios negativos sobre las restricciones, lo que sugiere que están dispuestos a cooperar bajo las nuevas condiciones.
Este desarrollo refleja un ajuste en la política exterior de México con EE.UU, en el que se prioriza la estructura y el control en las relaciones bilaterales, estableciendo límites claros sobre la interacción directa entre los diplomáticos y funcionarios del Gobierno mexicano.
