No se observaron cambios significativos en la morfología del cráter ni la presencia de un nuevo domo.
Personal del Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) y expertos del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con apoyo de la Guardia Nacional, realizó un sobrevuelo al volcán Popocatépetl para verificar sus condiciones generales.
Durante la revisión, se visualizó que el cráter interno mantiene un diámetro de 350 a 380 metros y la profundidad aproximada es de 100 a 150 metros, el cual está azolvado por tefra. En el fondo se observaron restos de material de un domo que posiblemente se emplazó durante el mes de Mayo.
Con base en los diferentes parámetros que se monitorean y la información obtenida en el sobrevuelo, se considera probable que continúen presentándose emisiones de ceniza.
Eventualmente podrían registrarse algunas explosiones que no excedan en magnitud a las ya observadas.
Estos escenarios son contemplados en el nivel Amarillo Fase 2 del Semáforo de Alerta Volcánica, por ello, se reitera el llamado a la población a respetar el radio de restricción de 12 kilómetros.
Es importante señalar que para el pronóstico de una erupción volcánica se utilizan distintos parámetros de monitoreo como la observación de cambios físicos, medición de manantiales y gases, así como registros de la actividad sísmica. Sin embargo, ninguno por sí solo puede definir el comportamiento del volcán.
El CENAPRED emite un reporte cada 24 horas sobre la actividad del volcán los 365 días del año y cualquier cambio en la actividad del Popocatépetl se comunica de manera oportuna por las cuentas oficiales de la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC).