En cada rincón de México, la pobreza no es solo una estadística. Es un rostro, un silencio, una historia inconclusa, donde el abandono y la desigualdad se arraigan generación tras generación.
Un reciente estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) revela una cruda verdad 9 de cada 10 habitantes del medio rural en México viven en situación de pobreza. EL es esta la desigualdad estructural que afecta a quienes viven alejados de la ciudad
De acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), más de 46 millones de mexicanos se encuentran en situación de pobreza, y más de 9 millones en pobreza extrema. Esto representa el 36.3% de la población nacional.
COMUNIDADES SIN SERVICIOS BÁSICOS
Pero más allá de las cifras, el impacto se percibe en la precariedad de la vida cotidiana, en la falta de drenajes, en las calles sin pavimentar, en las aulas vacías, en los estómagos vacíos y en las largas caminatas para conseguir atención médica.
Las comunidades rurales, como las que rodean a Guaymas, enfrentan múltiples desafíos que van desde la falta de servicios básicos como agua potable, electricidad y drenaje, hasta la inexistencia de clínicas médicas o escuelas preparatorias. Cuando hay servicios, estos son intermitentes o de baja calidad, afectando gravemente la salud, la educación y el bienestar de los habitantes
Nitzya López trabaja como maestra de un poblado a unos kilómetros de Guaymas y es testigo de cómo se siente la falta de olvido por falta de autoridades, donde un maestro tiene hasta tres grupos de diferentes grados, y la falta de servicios es evidente.
" Pocas oportunidades de trabajo ya que tienen que salir fuera del poblado para poder ir a la ciudad a trabajar o muchos trabajan en la siembra, en la cosecha, en la ganadería, dependiendo la producción que se hace en el pueblo" dijo la educadora.
PROMESAS INCUMPLIDAS PERPETÚAN LA POBREZA EN LAS ZONAS
Y es que, aunque México presume de avances económicos, las comunidades rurales siguen marginadas, atrapadas en un ciclo de pobreza que no se rompe con promesas, sino con acciones reales.
El empleo en el campo es precario. Aunque hay trabajo, la mayoría de los jornaleros, pescadores y pequeños agricultores viven al día. Sus ingresos no son suficientes para cubrir la canasta básica, que se estima en $907.50 pesos, aunque en la realidad, las familias terminan pagando mucho más, para muchos, una alimentación saludable es un lujo inalcanzable.
Según el estudio el acceso a la seguridad social es la carencia social más común en México, con un alarmante 50.2% de la población sin este derecho. Le sigue la falta de acceso a servicios de salud (39.1%) y el rezago educativo (19.4%), un problema que se agrava en las zonas rurales donde la deserción escolar es alta y la posibilidad de acceder a educación superior es casi inexistente.
"muchas familias no tienen para comprar lo que una familia de ciudad pudiese comprar, al momento de hacer la despensa básica el acceso limitado a la salud pues tienen que ir al pueblo a atenderse por qué porque muchas veces en los poblados, en los ejidos no hay atención médica" dijo Nitzya.
México no puede avanzar mientras una parte de su gente vive en el olvido. La pobreza rural es una herida abierta que no podemos seguir ignorando.