El frijol, un pilar en la alimentación mexicana, no solo es versátil en la cocina, sino también una fuente esencial de nutrientes, incluyendo proteínas bajas en grasa y fibra, según destaca la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco). México alberga 70 de las 150 variedades de frijol existentes a nivel mundial y se posiciona como el octavo productor a nivel global
En su Revista del Consumidor de marzo, la Profeco ofrece recomendaciones para asegurar la calidad del frijol al momento de la compra, enfatizando la importancia de verificar que no presente agujeros o impurezas. Además, sugiere remojar los frijoles antes de cocinarlos para reducir el tiempo de preparación y eliminar compuestos que pueden causar malestar digestivo, tales como la rafinosa y estaquiosa.
La variedad de frijol negro sobresale por su alto contenido de proteínas y fibra dietética, así como por su bajo contenido de grasas y fitatos. Combinado con cereales como el arroz o el maíz, se convierte en una proteína de mayor calidad y en un alimento completo.
Es también rico en vitaminas del complejo B (tiamina, riboflavina, niacina y ácido fólico) y minerales como hierro, magnesio, potasio, zinc, calcio y fósforo
A través de su herramienta "Quién es Quién en los Precios", la Profeco realizó un monitoreo, revelando variaciones importantes en los precios de diferentes tipos de frijol:
Es importante recordar que el frijol contiene un bajo índice glucémico, a pesar de su contenido de almidón y carbohidratos, haciéndolo adecuado para personas con diabetes. Su fibra dietética ayuda a prevenir la constipación y a disminuir la síntesis hepática del colesterol. El frijol también es una fuente vegetal de hierro que puede ser mejor aprovechado si se combina con alimentos ácidos como salsa picante o limón.