General Motors (GM) advirtió que podría mover parte de su producción de vehículos de México y Canadá a Estados Unidos si el presidente Donald Trump decide imponer aranceles a estos países vecinos.
La presidenta y directora ejecutiva de GM, Mary Barra, señaló que la compañía tiene la capacidad de producción en EE.UU. para asumir una parte de la manufactura de camionetas que actualmente se fabrican en los otros dos países.
En una llamada con analistas para presentar los resultados de GM en 2024, Barra explicó que la empresa no solo tiene instalaciones de producción disponibles en EE.UU., sino que también cuenta con una amplia distribución global de camionetas. Esta flexibilidad le permitiría ajustar la producción según la demanda de diferentes mercados internacionales y minimizar el impacto de los aranceles, en caso de que se impongan.
La preocupación de GM se centra en la posibilidad de que la administración de Trump imponga aranceles a las importaciones de vehículos desde México y Canadá, lo que podría afectar la rentabilidad de la empresa y sus relaciones comerciales. "Tenemos capacidad en Estados Unidos para transferir algo de eso", afirmó Barra, sugiriendo que la compañía está preparada para tomar medidas rápidas si la situación lo requiere.
A pesar de los posibles riesgos, Barra expresó su esperanza de que los aranceles no lleguen a materializarse. Señaló que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha indicado que se están llevando a cabo conversaciones con EE.UU. para tratar temas clave, como la inmigración, con el fin de evitar nuevas barreras comerciales.
Esta declaración refleja la intención de ambos países de encontrar soluciones diplomáticas antes de que se apliquen medidas arancelarias.
Barra también subrayó que, aunque GM está tomando medidas preventivas para proteger su producción, la empresa sigue confiando en que se alcanzará un acuerdo sin necesidad de aplicar tarifas. "Estamos planeando y tenemos varias herramientas que podemos utilizar", concluyó la ejecutiva, dejando claro que la automotriz está lista para adaptarse a cualquier cambio que surja.
La postura de GM destaca la creciente incertidumbre en torno a la relación comercial entre Estados Unidos, México y Canadá, especialmente con las posibles repercusiones de los aranceles propuestos por la administración de Trump. La industria automotriz se ha visto históricamente afectada por políticas comerciales, y una medida como esta podría generar un impacto significativo en las cadenas de suministro y en los precios de los vehículos.
En este contexto, la industria automotriz se mantiene vigilante y con la mirada puesta en las conversaciones diplomáticas que se están llevando a cabo. Mientras tanto, GM sigue explorando alternativas para asegurar su estabilidad ante un escenario económico incierto.