Greenpeace México dio inicio a su campaña ¡México al grito de selva! con la presentación del documental Voces de la Selva Maya. Una batalla por la vida, un testimonio que expone la devastación ambiental en la Península de Yucatán
La proyección reunió a representantes de comunidades locales, activistas y ciudadanos comprometidos, quienes alzaron la voz para exigir un alto a la destrucción de su entorno. Este lanzamiento, según informó la organización, busca no solo visibilizar las luchas de quienes defienden su territorio, sino también señalar a los responsables de la crisis ecológica que amenaza uno de los pulmones verdes más importantes del país.
De acuerdo a Greenpeace México, esta producción no solo documenta la resistencia, sino que también pone en evidencia problemas como la deforestación masiva, las mega granjas porcinas, la explotación de sascab para construcciones como el Tren Maya y el auge de proyectos inmobiliarios que arrasan con la biodiversidad.
La campaña ¡México al grito de selva! promete ser una plataforma para amplificar estas historias y exponer los vínculos entre funcionarios públicos y empresas que lucran con la privatización de tierras
El documental pone especial atención en el impacto del Tren Maya, un megaproyecto que, "aunque promovido como motor de desarrollo para el sureste mexicano, ha dejado una huella ecológica devastadora", señaló la organización. Greenpeace México reporta que el 87% de la deforestación vinculada a su construcción careció de permisos legales para el cambio de uso de suelo, afectando incluso Áreas Naturales Protegidas y resultando en la tala de más de 10 millones de árboles. La militarización del proceso, liderada por la Secretaría de Defensa Nacional (SEDENA) a través de la empresa Tren Maya, S.A. de C.V., ha agravado la situación. Informes recientes, como el contrato TM-CGRMSG-SVS-0200/204, revelan que especies en peligro como jaguares y tapires han sido clasificadas como "fauna nociva", justificando su desplazamiento o sacrificio.
De acuerdo a una investigación realizada por Meganoticias, a pesar de las promesas iniciales, el gobierno federal reconoció que la construcción del Tren Maya implicó la tala de más de 7 millones de árboles. Sin embargo, activistas ambientales, como la organización Sélvame del Tren, aseguran que la cifra supera los 10 millones, lo que equivale a la deforestación de 6,659 hectáreas entre 2019 y 2023, de las cuales el 87% habría sido de manera ilegal.
El diputado y ambientalista Gabriel Quadri advirtió que el Tren Maya representa una amenaza para 22 áreas naturales protegidas, que incluyen selvas, manglares, cuevas, cenotes y ríos subterráneos, así como una gran diversidad de flora y fauna