Hace 5 años el COVID-19 se volvió pandemia global
El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) marcó un punto de inflexión en la lucha contra el COVID-19.
Ese día, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, anunció que la propagación del nuevo coronavirus había alcanzado niveles preocupantes, lo que llevó a la organización a calificar oficialmente la enfermedad como una pandemia.
Aunque ya había declarado una "Urgencia de Salud Pública de Alcance Internacional" el 30 de enero, fue con el término "pandemia" cuando el mundo realmente tomó conciencia de la magnitud de la situación.
Antes de esa declaración, el impacto de la pandemia en la opinión pública no era tan evidente. En sus primeras advertencias, la OMS había expresado preocupación por la velocidad de propagación y la falta de acción global, pero no fue hasta el 11 de marzo que el término "pandemia" causó el impacto necesario para acelerar las respuestas gubernamentales.
Menos de 4,300 personas habían muerto en todo el mundo en ese momento, pero los meses siguientes verían un aumento alarmante en las cifras de contagios y decesos.
La conferencia de prensa, transmitida por redes sociales y Zoom, se llevó a cabo en las instalaciones de la OMS en Ginebra, Suiza. Tedros, acompañado de Mike Ryan y Maria Van Kerkhove, encargados de urgencias y del expediente del COVID-19, respectivamente, explicó que el mundo estaba "profundamente preocupado" por la propagación del virus y la falta de acciones contundentes. De manera solemne, el jefe de la OMS leyó la declaración que marcaría el comienzo de una nueva era para el planeta.
Según el periodista internacional John Zarocostas, la palabra "pandemia" fue el catalizador que obligó a los gobiernos a actuar. "Eso modificó la dinámica en términos de reacción de los gobiernos nacionales", afirmó. Para muchos, la declaración llegó tarde, pues la OMS ya había emitido alertas desde enero, pero la urgencia del término "pandemia" finalmente logró mover a los países.
Cinco años después, las consecuencias de esa pandemia son devastadoras. Millones de muertes, hospitales desbordados y un colapso económico mundial reflejan la magnitud de la crisis.
Sin embargo, en marzo de 2020, el confinamiento global, los cierres de fronteras y las alteraciones en la economía aún no eran una realidad. Fue solo después de la declaración de la OMS que comenzaron a implementarse las medidas preventivas más severas.
Mirando hacia el futuro, la OMS asegura que una próxima pandemia es inevitable. Desde diciembre de 2021, la organización trabaja en un acuerdo internacional obligatorio para la prevención y preparación ante futuras crisis sanitarias.
Aunque las negociaciones son complejas, se espera que en la Asamblea Mundial de la Salud de mayo de este año se logren acuerdos concretos que puedan evitar que los errores del pasado se repitan.
En los cinco años desde el inicio de la pandemia, la OMS ha tenido que declarar nuevamente una Urgencia de Salud Pública de Alcance Internacional, como en el caso de las epidemias de mpox.
La lección que deja el COVID-19 es clara: la negligencia y el pánico no deben ser parte de la respuesta global ante futuras amenazas sanitarias. El mundo ya sabe que la próxima crisis es solo cuestión de tiempo.