En el más reciente informe del Gabinete de Seguridad, Marcela Figueroa, titular del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), alertó sobre un incremento significativo en los homicidios dolosos en Sinaloa a partir de septiembre de este año.
Según la funcionaria, este repunte coincide con la detención y entrega a Estados Unidos de Ismael "El Mayo" Zambada y Joaquín Guzmán López, lo que desató una pugna entre grupos de la delincuencia organizada en la entidad.
De acuerdo con las cifras presentadas, entre enero y agosto de 2024, Sinaloa mantenía una relativa estabilidad en el promedio diario de homicidios dolosos. Este oscilaba entre 0.93 y 1.4, siendo junio el mes con la cifra más alta dentro de este periodo. Sin embargo, los datos muestran un cambio drástico desde septiembre, cuando el promedio diario aumentó a 4.17, cifra que se disparó aún más en octubre, alcanzando 5.77 casos diarios.
Para los primeros 11 días de noviembre, las cifras preliminares de la Fiscalía de Sinaloa reflejan un promedio diario de 3.91 homicidios dolosos. Aunque menor en comparación con el mes anterior, este número sigue siendo significativamente superior a los niveles registrados antes de septiembre, lo que evidencia que la crisis de violencia persiste en la entidad.
"El incremento en los homicidios está directamente relacionado con una pugna entre dos grupos de la delincuencia organizada que buscan reposicionarse tras la captura de estos líderes criminales", explicó Figueroa durante la conferencia de prensa. Asimismo, destacó que el gobierno federal continúa trabajando en estrategias de coordinación con las autoridades locales para contener la situación.
La violencia generada por disputas entre cárteles no es un fenómeno nuevo en Sinaloa, pero el cambio abrupto en las estadísticas refleja el impacto que tienen los cambios en las estructuras de liderazgo criminal. La captura de figuras clave, si bien representa un golpe importante contra el crimen organizado, a menudo provoca reacomodos internos que derivan en mayores enfrentamientos y violencia en las calles.
Ante esta situación, expertos en seguridad han señalado la necesidad de fortalecer las estrategias de prevención y reconstrucción del tejido social en las zonas más afectadas. De no hacerlo, advierten, es probable que la violencia continúe escalando a medida que las organizaciones criminales luchan por consolidar su control.
El panorama en Sinaloa sigue siendo complejo, pero las autoridades aseguran que intensificarán las acciones para devolver la tranquilidad a sus habitantes. Mientras tanto, los ciudadanos enfrentan el reto diario de convivir con una violencia que, por ahora, no parece tener fin cercano.