El pasado 9 de noviembre, un ataque armado en el bar Los Cantaritos, ubicado en la capital de Querétaro, dejó un saldo de 10 muertos y 13 personas lesionadas.
Las autoridades confirmaron la identidad de las víctimas mortales, siete hombres y tres mujeres, entre ellas Fernando González Núñez, de 31 años, conocido como "La Flaca". Este hombre, presunto integrante del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), se encontraba entre los objetivos principales de la agresión.
Según fuentes federales, González Núñez estaba vinculado a actividades delictivas como el robo de hidrocarburos y la contratación de sicarios, a quienes reclutaba a través de redes sociales. Publicaciones en sus perfiles mostraban imágenes de él portando armas y chalecos tácticos con las iniciales del CJNG, lo que sugiere su vinculación con el grupo criminal.
Las autoridades suponen que la disputa entre el Cártel de Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Santa Rosa de Lima por el control del territorio fue la razón principal del ataque.
González Núñez no era desconocido para las autoridades, ya que había sido detenido en al menos dos ocasiones durante 2024 en Querétaro, una por portación de armas y otra por violar la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos. A pesar de su historial delictivo, su muerte, junto con la de las otras nueve personas, ha generado una ola de preocupación por la violencia que sigue afectando al estado y al país.
El ataque dejó además a 13 personas heridas, de las cuales dos se encuentran en estado grave. Las autoridades locales han asegurado que se está brindando atención médica a las víctimas, aunque no se han dado detalles sobre su condición actual.
El presidente municipal de Querétaro, Felipe Fernando Macías, se refirió al ataque en un mensaje en sus redes sociales, indicando que el hecho estaba "dirigido a delincuentes". Aunque no aclaró si esta información proviene de la Fiscalía General del Estado, destacó que la violencia en el país sigue afectando la integridad de la población, lo que genera indignación y preocupación.
Macías también expresó su preocupación por el impacto que la violencia tiene en la sociedad en general, afectando a personas que no están involucradas en actividades delictivas. Este ataque, junto con otros incidentes de violencia en el país, pone de manifiesto la creciente inseguridad que enfrentan diversas regiones del país, especialmente en áreas de conflicto entre grupos criminales.
El caso sigue bajo investigación, y las autoridades trabajan para esclarecer los detalles detrás de la agresión y dar con los responsables. Mientras tanto, la comunidad de Querétaro permanece en alerta, temerosa de nuevos brotes de violencia.