La Arquidiócesis de México, a través de su medio Desde la Fe, publicó un editorial titulado "La escucha desaparecida", que llama la atención sobre la indiferencia creciente ante la violencia en México
En el texto, que se puede encontrar en su sitio web, se destaca la necesidad de recuperar la sensibilidad hacia las víctimas y sus familiares, quienes han sido afectados por la delincuencia y la violencia en el país.
La violencia en México ha alcanzado niveles alarmantes. Escenas que antes nos indignaban, como niños portando armas o el hallazgo de fosas comunes, ahora pasan desapercibidas debido a su frecuencia. La visión de un niño o adolescente portando un arma, el ataque a transportistas por parte de criminales, o el hallazgo de fosas comunes, son solo algunos ejemplos de los hechos que deberían provocar una reacción de indignación y solidaridad. Sin embargo, la repetición constante de estas noticias ha llevado a una especie de "anestesia emocional, donde la sociedad parece haberse acostumbrado a la violencia como parte del paisaje cotidiano", señala el texto.
El editorial subraya que la desaparición forzada de una sola persona debería ser motivo de indignación colectiva. Sin embargo, "la normalización de la violencia" ha llevado a que las víctimas y sus familiares sean cada vez menos escuchados
Las madres y familias buscadoras, que han perdido a seres queridos y se han unido en su búsqueda, son un ejemplo de resiliencia y solidaridad. A pesar del dolor y la adversidad, estas familias han encontrado fuerza en la unión y el apoyo mutuo, demostrando que los valores familiares pueden ser una fuente de esperanza en tiempos difíciles, enfatizan.
La Iglesia Católica, a través de este editorial, hace un llamado a recuperar la escucha hacia las víctimas y sus familiares. Se insta a la sociedad a examinar su propia responsabilidad en la lucha contra la violencia, sin politizar ni polarizar el tema. La recuperación de la sensibilidad hacia el dolor ajeno es vista como un paso crucial para erradicar la indiferencia y promover un cambio positivo en la sociedad.
Se destaca la importancia de los valores familiares como base para reconstruir el tejido social. La ausencia de estos valores ha contribuido a la fragmentación de la sociedad, y su promoción es vista como una forma de fortalecer la cohesión y la solidaridad entre las personas