El Instituto Mexicano del Seguro Social realiza un ensayo clínico para determinar si la vitamina D que ha demostrado apoyar la respuesta inmunológica contra enfermedades respiratorias, incluida la influenza, puede ser un factor de protección ante el COVID-19.
La doctora Mardia López Alarcón, jefa de la Unidad de Investigación Médica en Nutrición del Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional Siglo XXI, destacó que se lleva a cabo un ensayo clínico controlado con personal que atiende a pacientes con COVID-19 (médicos, enfermería, choferes de ambulancia, químicos, personal de limpieza) en dos hospitales: el Centro Médico Nacional Siglo XXI y uno del sector salud.
Se trata de 250 trabajadores, a la mitad se le suministraron cuatro mil unidades diarias de vitamina D y al resto un placebo durante un mes, "a fin de conocer si un grupo se infectó más, si a quienes enfermaron fue de forma grave, si fueron hospitalizados, y cuántos días duraron en el hospital, o si no hubo diferencia".
Por otro lado, la doctora López Alarcón detalló que 70 por ciento de la población mexicana tiene deficiencia de este nutriente, según datos de la Encuesta Nacional de Nutrición 2016 y que es posible que el confinamiento por la emergencia sanitaria haya incrementado este porcentaje, debido a que la principal fuente para obtener la vitamina D son los rayos ultravioleta que emite la luz solar.
Por ello, recomendó tomar un momento entre las 11:00 y 16:00 horas a fin de tomar "baños de sol" durante 15 o 20 minutos para estimular la síntesis de la vitamina.
Agregó que también se puede adquirir la vitamina D en alimentos ricos en grasa, por ejemplo pescado, carne no magra, leche, huevo y cereales fortificados, y en menor medida por ser más difícil su disponibilidad, en alimentos de origen vegetal como aguacate y leguminosas; en el caso de los suplementos, estos deben ser indicados por un médico.
La investigadora del IMSS dijo que en particular las personas con obesidad requieren de una mayor cantidad de vitamina D, ya que ésta se deposita en el tejido adiposo en exceso, lo que impide que circule de manera adecuada en el organismo hacia las células que la requieren, por lo que es conveniente perder peso, así como procurar la producción constante del nutriente a través de la exposición a los rayos del sol y de los alimentos descritos