Según las estadísticas oficiales, a México ingresan cerca de 144 mil armas al año por la frontera norte, y de ahí se distribuyen por todo el país, principalmente entre las células de la delincuencia, advirtió el secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Jesús Orta Martínez.
Entrevistado luego de participar en la instalación de las carpas del programa "Si al Desarme, si a la Paz", en la alcaldía de Coyoacán, el funcionario capitalino destacó que estas son cifras reveladas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) correspondientes a 2018.
Explicó que por ello la tarea de la presente administración es tratar de identificar qué tipo de armas son las que están llegando a ciudades como la de México, a donde se envían principalmente armas cortas y largas de alto poder, las que llegan y se distribuyen en el mercado negro.
Orta Martínez explicó que tras las cuatro campañas de desarme que se han realizado en el año en la Ciudad de México, se ha detectado con preocupación que existe una gran facilidad para adquirir armas de alto calibre y especializadas en diferentes puntos de la capital.
Detalló que destaca en particular el caso de la alcaldía Gustavo A. Madero, donde se recabaron 400 armas de fuego, seguida de Iztapalapa, y en donde también prevalece un alto índice de delincuencia peligrosamente armada.
Explicó que tras diversas denuncias se descubrió, con preocupación, que estas armas pueden ser adquiridas con gran facilidad en tianguis y mercados ambulantes, por lo que se está iniciando una nueva dinámica para acudir a esos sitios y desmantelar este comercio ilegal.
Consideró que los resultados obtenidos con el programa "Si al Desarme, si a la Paz" han sido más que positivos, por lo que existe la confianza de que al final del año se logre una cifra importante de recuperación de material bélico en la Ciudad de México.
Sobre los problemas de linchamiento que se han detectado en diferentes puntos del valle de México, advirtió que el principal problema que se enfrenta en estos casos es la falta de denuncia por parte de la población.
Explicó que en la mayoría de los eventos de linchamiento "hay un detenido" que tras ser rescatado del intento va al Ministerio Público; sin embargo, al llegar ahí, en la mayoría de los casos "no acude nadie a hacer una denuncia de seguimiento".
Esto ha hecho que la mayoría de los detenidos no puedan ser procesados, ya que no hay denuncia en su contra, mientras que los que tienen denuncias en su contra indudablemente son procesados conforme a la ley.
Por lo anterior, expresó su preocupación e invitó a la población a acudir a denunciar cuando haya detenidos en circunstancias similares y así se evite el hacer justicia por propia mano, ya que sólo de esta manera es seguro que se les detenga y procese de manera adecuada.