Este domingo 24 de septiembre, la Iglesia celebra la 109 Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado. Una jornada, instituida en 1914 como una ocasión para expresar nuestra preocupación por las diferentes categorías de personas vulnerables que se desplazan, para sensibilizar sobre las oportunidades que ofrecen las migraciones.
En esta ocasión, la Jornada, lleva por lema "Libres para elegir si emigrar o quedarse". Porque, según explican desde el Dicasterio "La decisión de migrar no es siempre una decisión libre". En el mundo actual, explican, miles de personas se ven obligadas a huir de su patria en busca de perspectivas de vida mejor para sí mismos o para sus familias, o, simplemente, para sobrevivir.
"Migrar debería ser siempre una decisión libre, pero, de hecho, en muchísimos casos, no lo es". Y, entre los motivos a los que alude el Papa para explicar el porqué de esta afirmación, están los conflictos, los desastres naturales, las persecuciones, o la miseria; "la imposibilidad de vivir una vida digna y próspera en la propia tierra de origen, que obliga a millones de personas a partir". Así expone el papa Francisco en su mensaje con motivo a la jornada.
El Papa apela principalmente a la responsabilidad de los países de origen de la migración y a sus gobernantes llamados a ejercer la buena política, transparente, honesta, con amplitud de miras y al servicio de todos, especialmente de los más vulnerables.