El próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, nombró el día de hoy, a Karoline Leavitt como la nueva portavoz de la Casa Blanca, Leavitt, quien formó parte del equipo de comunicaciones durante su primer mandato (2017-2021)
En un comunicado, Trump destacó las cualidades de Leavitt, describiéndola como "inteligente" y "tenaz", y resaltó su capacidad como comunicadora efectiva. "Confío plenamente en que se destacará en su nuevo puesto y nos ayudará a transmitir nuestro mensaje al pueblo estadounidense mientras trabajamos para hacer a Estados Unidos grande nuevamente", afirmó el presidente, reiterando su famoso lema de campaña.
Con solo 27 años, Leavitt se convertirá en la secretaria de prensa más joven en la historia de la Casa Blanca. Este récord anteriormente lo tenía Ron Ziegler, quien ocupó el cargo a los 29 años durante la presidencia de Richard Nixon.
Antes de este nombramiento, Leavitt había trabajado como asistente de prensa en la primera administración de Trump y se postuló para el Congreso en Nuevo Hampshire en 2022
A pesar de haber ganado las primarias republicanas del primer distrito, no logró obtener un asiento en las elecciones generales frente al demócrata Chris Pappas. Su experiencia política y su cercanía con figuras clave del partido republicano, incluida su labor como portavoz de la congresista Elise Stefanik, aliada de Trump, han contribuido a su perfil público.
Durante la campaña presidencial, Leavitt se destacó en medios conservadores, defendiendo las posturas y declaraciones del expresidente. Su disposición para confrontar a medios críticos como CNN ha sido un rasgo distintivo de su carrera hasta ahora. A lo largo del año, Leavitt también celebró el nacimiento de su primer hijo y es conocida por su fuerte compromiso con la fe católica.
El rol de secretaria de prensa es considerado uno de los más importantes dentro del gobierno estadounidense. Esta posición implica ser el rostro visible de la administración y gestionar las interacciones con los medios durante las conferencias de prensa
Durante la administración actual de Joe Biden, las conferencias de prensa han sido casi diarias, manteniendo una tradición que también se observó durante los mandatos de Barack Obama y George W. Bush. Sin embargo, bajo el liderazgo de Trump, las conferencias se volvieron menos frecuentes. Trump ha mantenido una relación tensa con los medios, calificándolos como "enemigos del pueblo" y "noticias falsas".
Durante su mandato anterior, se registraron más de 300 días sin comparecencias del portavoz entre marzo de 2019 y enero de 2020