La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) ha convocado un paro nacional de 72 horas para los días 19, 20 y 21 de marzo, con el objetivo de visibilizar y presionar al gobierno para que atienda una serie de demandas laborales y educativas que han venido planteando en diversas partes del país.
El paro busca principalmente la abrogación de la Ley del ISSSTE de 2007, que los maestros consideran perjudicial para sus derechos laborales y jubilaciones. Además, exigen que sus pensiones sean calculadas en salarios mínimos en lugar de Unidades de Medida y Actualización (UMAs), y la restitución del sistema solidario de pensiones, que garantizaría una mayor seguridad financiera para los trabajadores jubilados.
Otra de las demandas centrales es la jubilación a los 28 o 30 años de servicio sin restricciones, algo que consideran fundamental para los maestros que han trabajado en condiciones exigentes durante años. También piden un aumento salarial de emergencia, dado el contexto económico actual del país. Finalmente, la CNTE exige la abrogación de la Reforma Educativa implementada por los gobiernos de Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, que han calificado como perjudicial para la educación pública.
El paro nacional sigue a una serie de movilizaciones previas, como la del pasado 6 y 7 de marzo, donde más de 10,000 maestros marcharon desde el Ángel de la Independencia hasta el Zócalo de la Ciudad de México
El paro programado para la próxima semana es solo una de las formas en que la CNTE busca llamar la atención del gobierno federal, al tiempo que moviliza a sus bases para continuar con la lucha en favor de una educación pública gratuita y de calidad, y en defensa de los derechos laborales que consideran fundamentales para la estabilidad del sector.
El paro nacional afectará a miles de estudiantes en todo el país, especialmente en estados como Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Estado de México y Zacatecas, donde la CNTE tiene una fuerte presencia. La suspensión de clases durante tres días no solo impactará en la educación formal, sino que también generará complicaciones para las familias que dependen de los servicios educativos para el cuidado de sus hijos.
La CNTE ha extendido su llamado a reforzar la organización en cada escuela y comunidad, reafirmando que la dignidad de los trabajadores no está en discusión