El secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, y el canciller de México, Juan Ramón de la Fuente, sostuvieron una conversación telefónica en la que discutieron estrategias para frenar la migración ilegal y combatir el tráfico de fentanilo y armas entre ambos países. Según informó el Departamento de Estado este jueves, la llamada se realizó el miércoles y abordó acciones conjuntas para fortalecer la seguridad en la frontera.
Uno de los temas clave fue el reconocimiento de Estados Unidos a México por el despliegue de 10,000 elementos de la Guardia Nacional en la frontera norte, medida que busca reducir el flujo de migrantes indocumentados hacia el territorio estadounidense. Además, Rubio destacó la cooperación de México en la recepción de vuelos con migrantes deportados, una acción que forma parte de los acuerdos entre ambas naciones.
El control del tráfico de fentanilo fue otro punto central de la conversación. Esta sustancia, altamente adictiva y mortal, ha sido una de las principales preocupaciones del gobierno de Donald Trump, quien ha señalado en múltiples ocasiones la responsabilidad de los cárteles mexicanos en su distribución. Ambos funcionarios acordaron continuar con esfuerzos coordinados para desmantelar estas redes criminales y reducir el flujo de drogas hacia Estados Unidos.
En medio de estas negociaciones, Trump anunció la imposición de aranceles del 25 % a México y Canadá debido al tráfico de fentanilo y la llegada de migrantes a Estados Unidos. Sin embargo, la entrada en vigor de esta medida se ha suspendido hasta el 4 de marzo, luego de que ambos países aceptaran reforzar los controles fronterizos.
Durante este periodo de suspensión, Marco Rubio se ha convertido en una figura clave en las negociaciones bilaterales. Como representante del gobierno de Trump, su tarea es coordinar con las autoridades mexicanas los próximos pasos en materia de política migratoria y seguridad fronteriza, con el objetivo de reducir la presión migratoria y contener la crisis del fentanilo.
A pesar de los esfuerzos conjuntos, el tema sigue siendo altamente polémico. Organizaciones de derechos humanos han expresado preocupación por el impacto de estas medidas en los migrantes y en la relación entre ambos países. Mientras tanto, la Casa Blanca insiste en que la cooperación con México es fundamental para garantizar la seguridad y estabilidad en la frontera.
Se espera que en las próximas semanas se realicen nuevas reuniones y acuerdos para definir el futuro de la política fronteriza entre EE.UU. y México. Con la fecha límite del 4 de marzo acercándose, ambas naciones deberán encontrar un equilibrio entre la seguridad, el comercio y la protección de los derechos de los migrantes.