México busca fortalecer el T-MEC con nuevo líder en Canadá
Este viernes, Mark Carney asumirá como nuevo primer ministro de Canadá, en reemplazo de Justin Trudeau, tras la elección interna del Partido Liberal.
Con su llegada al cargo, se espera que continúe el diálogo entre México, Estados Unidos y Canadá para mantener el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) en su formato trilateral.
En México, se ha reiterado la importancia de conservar el acuerdo comercial con ambas naciones, destacando los beneficios que representa para la economía de los tres países.
Las tensiones recientes entre Canadá y México surgieron a raíz de la postura de Donald Trump, quien ha cuestionado la participación de México en el tratado y ha propuesto negociar un acuerdo bilateral únicamente con Canadá.
Durante el mandato de Trudeau, algunos políticos canadienses sugirieron excluir a México del T-MEC debido a las críticas de Trump y las comparaciones entre la frontera mexicana y la canadiense. Sin embargo, hasta ahora, el acuerdo se ha mantenido en su esquema trilateral.
La relación comercial entre México y Canadá ha sido clave para el desarrollo económico de ambos países, por lo que se espera que con la llegada de Carney al poder se fortalezca el trabajo conjunto y se eviten modificaciones que puedan afectar el intercambio comercial.
El nuevo primer ministro asume en un contexto de incertidumbre comercial en la región, marcado por la política proteccionista de Trump y la necesidad de reafirmar la cooperación entre los tres países. A pesar de las diferencias que surgieron en los últimos meses, México ha manifestado su disposición para seguir trabajando en conjunto con Canadá y Estados Unidos.
Carney tomará posesión en una ceremonia en Ottawa, donde la gobernadora general Mary Simon le otorgará el cargo en representación del monarca británico. A partir de su nombramiento, se espera que inicie conversaciones con sus principales socios comerciales para definir la postura de Canadá frente al T-MEC.
En este escenario, el futuro del tratado dependerá de la capacidad de los tres países para negociar acuerdos que beneficien a sus respectivas economías y fortalezcan la integración regional en un entorno de cambios políticos y económicos.